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—Vaya que sí, lo recuerdo — sonrió, pero en seguida la sonrisa se esfumó.
—Se ha ido— dijo Charlie al notar que Wonka de verdad se perdió en sus pensamientos.
—Déjalo, Charlie, seguramente está recordando su infancia, tu se lo preguntaste— rio su hermana mientras miraba al perdido Wonka.
—Tienes razón, pero Ribbeca ¿Los Oompa Loompas si saben a dónde van?
Ribbeca estaba muy feliz intentando tomar otra cucharada de chocolate cuando lo que dijo su hermano llamó su atención y es que no se había dado cuenta de que frente a ellos había un gran túnel, uno muy grande y muy muy oscuro.
—Yo supongo que si, pero, por cualquier cosa despertemos al señor Wonka de sus pensamientos— rio nerviosa.
—Señor Wonka— llamó Charlie.
—Señor Wonka— llamo Ribbeca, pero no parecía funcionar— Willy Wonka— llamo de nuevo está vez tocando suavemente su mejilla con un dedo.
Claro que esto lo despertó e hizo que volteara a ver a quien le había tocado y dio con la chica que se encontraba exactamente a un niño de el.
—¿Hacia dónde nos dirigimos? — pregunto Charlie a Wonka cuando se dio cuenta de que había dejado sus pensamientos.
—Ah si— dijo con total tranquilidad— ¡A toda velocidad! — Ordenó.
Los Oompa Loompas no hicieron mas que hacer caso a las indicciones del señor Wonka y con toda la fuerza que tenían apresuraron el bote y entraron a aquel túnel, muy oscuro.
—¿Ellos ven en la oscuridad? — pregunto Violet con la esperanza de que le dijera que sí.
—No creo— dijo el aun con mucha tranquilidad— y sin luz no saben a dónde se dirigen.
Ante tal respuesta Ribbeca no espero mas y en una mano sujetó la mano de su hermano y con su brazo libre lo agarró por el hombro firmemente.
—¡Enciendan las luces! — ordenó nuevamente.
Las luces se encendieron, pero era demasiado tarde, el barco de caramelo cayó en un enorme agujero dentro del túnel, Ribbeca creía que iba a morir ahí pero también puso como prioridad a Charlie y lo abrazó lo mas fuerte que pudo entre todo el movimiento desenfrenado que hubo mientras el barco caía.
Finalmente cayeron a un lugar mas plano, aun en el rio claro. El lugar era un túnel aun, pero esta vez muy iluminado con luces tenues de color azul.
Ribbeca se tranquilizó y soltó el fuerte agarre que tenia a Charlie.
—¡Amigos! Estamos pasando por cuartos muy importantes.
El barco como ya iba lento les dio a todos la oportunidad de leer los letreros que tenían cada una de las puertas que estaban pegadas en las paredes de los túneles.
Crema de leche, crema batida, crema de violetas, crema de café, crema de piña, crema de fresa, crema de vainilla y crema para el cabello.
Crema para el cabello…
—¿Para que usa esa crema? — preguntó la señora Beauregarde.
—La crema para el cabello, desde luego se usa para el cabello— dijo Ribbeca entre susurros a tales que la señora que preguntó no oyó pero Charlie y Willy si y ambos rieron.
Wonka se veía atrapado ante la pregunta y su respuesta fue una tímida —Como acondicionador— rio, y cerro el paso a la rubia de seguir preguntando.
Después, otra sección que les impresiono fue el cuarto donde estaban zarandeando a una vaca.
—¡Crema batida! — gritaron ambos Bucket.
—Vaya, son muy listos ustedes, por algo son hermanos— rió y halagó el señor Wonka.
—¡Eso es muy tonto! — Repudió Veruca.
Las tres personas de atrás la miraron con obvio desagrado.
—Niña, déjame decirte algo ¡La crema batida no es batida si no bates bien la vaca! ¡todo el mundo sabe eso!— fraseo orgulloso de ello.
Ribbeca tenía las ideas revueltas, al igual que todos los demás, en su cabecita la crema batida simplemente era crema como cualquier otra pero batida con algún instrumento pero si Wonka decía que la crema batida eran vacas siendo azotadas con látigos, ella le va a creer sin dudar.
Después de aquella pregunta de Veruca el barco siguió su brusco camino, todos los invitados iban de un lado a otro sujetados fuertemente de algún lado, el único que iba intacto era Wonka y suponía que ya había viajado muchas veces en ese barco, aunque a Ribbe le ponía triste su soledad.
Finalmente llegaron a una cueva donde por todos lados había salas con llamativos colores en sus letreros y también había diferentes caminos por dónde ir ¿Cuan más grande es esa fábrica?
Ribbeca había puesto especial atención en la habitación que decía “Sala de inventos” y estaba segura de que era un cuarto lleno de peligros y nuevos dulces que no han salido a la luz.
Wonka lo notó, miró como la castaña veía aquella sala con sus bonitos orbes verdes, así que enseguida ordenó a los Oompa Loompas que se detuviera.
—Les enseñaré algo muy lindo— dijo a ambos Bucket.
El barco estaba detenido lo más cerca de las escaleras que se podía. Cada uno de ellos bajó.
—Te ayudo— le dijo Wonka a Charlie viendo que estaba batallando para bajar, tenía un poco de miedo.
—Gracias, señor Wonka— agradeció.
Y ya que estaba ayudándolo a el, no dudó en ayudar a su hermana, le tendió su mano y ella con gusto y sonrojo aceptó, primera vez tocando su mano, aunque tuviera guantes podía notar lo grande y firme que era.
Estaba demasiado fascinada y lamentablemente para ella, ilusionada.
Wonka accedió al cuarto, abriendo aquella puerta que parecía de algún submarino. Se veía muy grande y muy pesada pero para el parecía no haber problema.
Una vez entrando pudieron notar lo inmensa que era, era como díez veces más grande que su propia casita.
Vasos precipitados, frascos, tubos, embudos y una infinidad de materiales que había, materiales químicos y materiales de sabores y colores, mucho ruido, mucho movimiento, humo, fuego, máquinas y sobre todo, Oompa Loompas.
Cuando Wonka entro todos lo siguieron y cuando se detuvo— Está es la habitación más importante de toda la fábrica— gritaba, acto que tuvo que usar ya que era muy ruidoso alrededor— y pueden ver todo lo que quieran pero no toquen nada— decía con suavidad— anden, vayan.
En efecto nadie tocó nada, solo estaban mirando.
A la castaña en especial le ocasionaba mucho miedo esa habitación ya que no sabía que podía pasar y pensaba que cualquier cosa pasaría con tan solo mirar, pero se arriesgó a ir a un lado que le llamó la atención.
—Yo iré acá, Ribbe— le avisó Charlie.
—No, quédate conmigo por favor— contestó Ribbeca con nerviosismo
—Por favor, hermana, iré con los otros niños, no tocaré nada, lo juro— suplicó.
Ella suspiró— está bien—muy a su pesar concedió — pero si pasa algo me gritas ¿Ok?
—Esta bien— el chico se fue corriendo, dejando preocupada a la chica por qué justamente correr era un acto peligroso ahí.
Ya que estaba en ese lugar específicamente, con unos colores llamativamente rosas y lilas los observó y no se dio cuenta que unos pasos se escuchaban aproximándose a ella.
—Esos son los Pinkys — dijo Wonka detrás de ella, eso provocó que la asustara y fuera un pequeño brinco al igual que un ligero grito que le causaron ternura al mayor— lo siento mucho, no sabía que estabas tan concentrada— sonrió.
—No te preocupes, fue mínimo el susto— rio — entonces son ¿Pinkys? Tiene un color muy bonito.
—Verdad que si. Una vez, mientras estaba comiendo y me tocó tomar unas vitaminas de aquel entonces que estaba enfermo, me puse a pensar por qué estaban en una presentación tan espantosa y se me ocurrió meter las vitaminas en dulces — decía emocionado— después pensé que las vitaminas eran demasiadas y nunca terminaría pero pensé específicamente en las vitaminas para las embarazadas, ellas son las que más sufren con la toma de vitaminas y siendo todas juntas en un dulce, no les debería causar mayor problema
Ribbeca oía con atención.
—Entonces estos dulces Pinkys son especialmente para las mujeres en periodo de gestación, todas las vitaminas, saben rico, de hecho es un sabor demasiado complicado de obtener si no es con la ayuda de esas vitaminas, también son muy bonitos y tienen colores llamativos para ellas— terminó de decir.
—Me parece increíble.
—Así es, su venta será únicamente para ellas, los niños no tienen necesidad, aunque si los doctores recomiendan su consumo, está bien— de algún sitio, Wonka tomo uno de esos dulces de forma extraña y se lo ofreció a la ojiverde— prueba uno, no te hará daño, lo juro.
—Gracias— recibió con una sonrisa, de verdad quería probarlo.
Ella se lo metió a la boca, a pesar de que su forma era extraña al entrar, no fue complicado acoplarse a ella.
Era verdad lo que dijo Willy, su sabor era demasiado rico, algo que Ribbeca no había probado nunca, estaba en shock por aquel sabor que no tenía al parecer ninguna similitud con cualquier otro.
—Es muy rico— dijo mientras le salía una lágrima rebelde de su ojo izquierdo a causa de la emoción.
Por inercia, Wonka se quitó el guante y suavemente dirigió su mano al ojo de la chica y con mucho cuidado la quitó de su rostro.
Tacto que puso nerviosa a Ribbeca pero que también hizo que sus miradas nuevamente se cruzaran, al estar inmersos en aquello, Wonka no quitó la mano de su cara.
—¡Señor Wonka! ¿Qué es esto? — gritó la pequeña rubia.
Su llamado saco de su trance a ambos, corrigiendo su postura y haciendo retomar el invento —El hecho del por qué sigue aquí esto es por qué aún le falta una vitamina pero no conseguimos hacer que esta no descontrole a las otras, en cuanto se sepa será sacado a la venta enseguida.
—De verdad tendrá mucho éxito, estoy segura— sonrió.
Cuando estaban a punto de sumergirse en su ilusión, Violet volvió a llamar.
—¡Señor Wonka!
Wonka desvío su mirada y vio la sección en la que estaba aquella rubia así que corrió dejando a Ribbeca sola pero ella igual fue detrás por qué su hermano estaba ahí también.
—¡Oh! — exaltó — te lo mostraré.
Willy estiró la mano y uno de los Oompa Loompas que sorpresivamente estaba nadando en el estanque que estaba ahí le dio una pequeña bola, el agradeció y el Oompa Loompa volvió a sumergirse.
—Estos son los chuparicos perpetuos— decía manteniendo aquel círculo rojo en su mano, ya con el guante puesto—son completamente nuevos, los estoy inventando para los niños de bajos recursos económicos, durante todo el año pueden chuparlo y chuparlo y no se acaba— decía orgulloso.
—¡Como el chicle!— exclamó Violet.
—No es como el chicle— dijo Wonka— el chicle es para ser masticado y si intentas masticar uno de estos caramelos romperás tus lindos dientecitos, y vaya que estos son más ricos— lo miró con deseo a aquel dulce— su sabor nunca se quita, al menos así lo creo, de hecho uno de estos está siendo probado en la sala de pruebas, un Oompa Loompa lo está chupando, lleva casi un año con el sin parar y sigue tan bueno como el primer día. — terminó y fue entusiasmado al otro lado de la habitación — aquí estoy inventando un tipo de Toffee completamente nuevo, lo llamo “Chocopelo” — tomo aquel dulce en las manos, dando a notar que el otro lo había dejado quien sabe dónde.
Todos los invitados estaban muy concentrados en lo que decía, era totalmente nuevo y les parecía increíble estar en el lugar de dónde salen las más brillantes ideas para los dulces de la fábrica más reconocida mundialmente.
—Cuando alguien come un trozo de este chocolate y al cabo de exactamente media hora una hermosa cabellera comenzada a crecer en su cabecita loca— sonreía, a Ribbeca le parecía muy tierno como presentaba aquellos inventos con tanta felicidad— un bigote, una barba.
—¿Quién quiere una barba?— dijo con repugnancia Mike.
—A ti te quedaría muy bien— respondió Wonka con defensa— pero desgraciadamente la mezcla no está del todo terminada, es demasiado potente, funciona en exceso, la probé ayer con un Oompa Loompa en la sala de pruebas y de inmediato le comenzó a salir una muy grande barba y mucho cabello en la cabeza, fue tanto que en cuestión de minutos ya le estaban colgando hasta el suelo cuál alfombra
Cómo muestra de aquello una pequeña cosa exageradamente cubierta de pelo se acercó a ellos, era pequeño y obvio que era un Oompa Loompa, aquel del que habló.
—Al final tuvimos que usar una máquina de cortar pasto para controlarlo, pero pronto encontraré la mezcla perfecta y cuando lo haga ya no habrá excusas para los niños y niñas que van por ahí completamente calvos.
—Pero señor Wonka — dijo Mike — los niños y niñas no van por ahí completamente…
—No discutas, muchacho, por favor, que no te entiendo nada— gritó el señor Wonka — bien, entonces siganme, les enseñaré algo de lo que estoy muy orgulloso.
—Deberíamos comprar uno cuando esté listo y así se lo damos a papá o a los abuelos y loS veremos con mucho pelo— rio Charlie entre murmurios
—Sería muy gracioso — continúo su hermana tras haber planeado aquel plan— lo compraremos.
Seguidamente fueron a dónde Wonka los llevó, una enorme máquina que el con mucho gusto y muy feliz prendió, jaló la palanca que estaba ahí, enseguida la enorme máquina comenzó a hacer ruidos inimaginablemente ensordecedores, Wonka corría de un lado al otro y provocó la risa de la chica más nadie lo notó por el ruido.
La máquina de una parte en específico iba extendiendo otra parte cada vez más pequeña de ella misma y finalmente sacó una tira.
Willy Wonka estaba exageradamente feliz de aquella tira.
—¿Cómo? ¿Solo eso? — gritó ofendido el niño Tevé.
—¿Cómo que solo eso? — dijo Ribbeca igual ofendida pero por lo contrario —¿Haz puesto atención siquiera a lo que ha hecho la máquina para sacar “eso”?๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑๑
—JeyWond
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Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]
FanfictionLa acompañante de esta gran aventura para Charlie, no fue el abuelo Joe, en cambio, la familia estuvo de acuerdo en darle esa gran oportunidad a Ribbeca, la hermana mayor del niño. Un gran error que la familia resintió más tarde. ©Todos los persona...