Onceavo

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Willy los había sacado de la sala de nueces y los llevó al mismo pasillo de antes.

 
—¡Claro! — recordó mientras veía una puerta cristalina — ¡no se como no se me ocurrió antes! — se acerco a esa puerta y apretó uno de los botones que se encontraba a un lado— el ascensor es la mejor forma de recorrer la fábrica.

Seguidamente las puertas se abrieron e indicó a las cuatro personas restantes que entraran a él.

Charlie y Ribbe miraron a su alrededor con sorpresa, nunca habían visto nada igual, era un ascensor de cristal y lleno de botones que ponían muchos nombres extraños en ellos.

—Pero no pueden ser muchos pisos— dijo Mike.

—Tu que sabes, cerebrito. Este no es un ascensor común— afirmó Wonka — y para que lo sepas, puede ir de un lado a otro, de arriba hacia abajo y de toda forma imaginable— contaba orgulloso— solo aprietas un botón y ya está— apretó uno de los montones de botones.

  Todos esperaban que aquel ascensor se moviera de la misma manera que otros. Ribbeca en especial sabia como se movían los ascensores, en su trabajo había uno que había usado únicamente una vez, pero había sido un movimiento demasiado tranquilo y podría decirse, relajante.

Sin embargo, cuando el ascensor recibió la orden del botón oprimido, se puso en acción y bruscamente se movió para el lado derecho, acto que hizo que todos los pasajeros a excepción del señor Willy Wonka quien traía su bastón bien aferrado al suelo, se cayeran inevitablemente.

Los niños que eran mas jóvenes y de huesos fuertes se levantaron en seguida pero el señor Teve y Ribbeca les costó.

—¡Oh! — grito Wonka al notar a la joven en el piso de cristal, se acerco a ella, dejando su bastón a un lado.

Charlie ya estaba intentando levantarla, pero en cuanto Wonka se acercó le dejo hacerlo a el mejor. Tomo a la chica de la cintura y del brazo y la levantó sin problema.

—Lamento no haberles advertido que se agarraran fuerte— la soltó de un brazo, pero su agarre de la cintura seguía firme.

Ribbeca estaba sonrojada y Charlie y el otro par desviaban la mirada, aunque no había suficiente espacio, intentaban darles un poco del mismo.

—No se preocupe— dijo ella.

—¿Te lastimaste?

—Un poco, pero estoy bien— sonrió.

El ascensor seguía moviéndose de un lado al otro, los Teve y Charlie estaban bien agarrados ya, Wonka puso toda su fuerza del brazo izquierdo para sostenerse del bastón y con el brazo derecho sujetaba fuertemente a la castaña por esta razón Ribbeca no hizo mas por sostenerse de algo, estaba bastante contenta, cómoda y segura.

Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora