Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]

Trigésimo Cuarto

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Ribbeca consideraba que su familia era de aquellas que se apoyaba con mucho amor y no sabía en qué momento ese valor se le había olvidado, más bien no sabía el por qué, si sabía que fue desde que su boleto dorado fue encontrado.

Antes de ello, no tenían dinero, pero el amor entre los ocho nunca había faltado, Ribbeca tuvo que trabajar arduamente desde muy pequeña pero cuando tenía oportunidad salía a jugar con su hermano menor en la nieve y de repente se les unían sus padres y terminaban en una guerrilla; la gente que los solía ver y de lo que ella se llegaba a enterar era de que veían asi a los Bucket, pobres pero llenos de amor, incluso más de lo que una familia rica podía desear.

Las cosas cambiaron drásticamente desde que la joven de la familia se enamoró del famoso chocolatero, algo de lo que los medios nunca se enteraron pero que siempre sospecharon, sin embargo, no había forma de que alguno pudiera dar con la verdad, Willy Wonka era un hombre misterioso y ahora los Bucket también lo eran, pero eso no significaba que no estuvieran en el ojo público.

Las primicias desde que Ribbeca llego no habían parado de ser "La hermana del famoso niño ganador Charlie Bucket, finalmente apareció después de cuatro largos años y no llego sola, llego con una niña ¿se fugó a ser feliz con su nuevo novio? ¿o acaso esa niña sería el resultado de un amor secreto entre ella y el chocolatero?"

Posiblemente si en el futuro Ribbeca encontrara la forma de decirle a Wonka que Whitney era su hija y este la aceptaba, su apellido cambiaría a ser Wonka para que legalmente fueran padre e hija y afuera se enterarían porque ese apellido destaca en esa ciudad y posiblemente en el mundo entero.

De momento solo tenía una cosa y depende los consejos de su familia, su mente podría aclararse y saber por cual camino irse o confundirse más.

—Oh vamos, él jamas despreciaría a esa bebé tan bonita— decía la abuela Georgina con la mirada llena de ternura por mencionar a su biznieta.

—Wonka no es tonto, Ribbeca, hace falta ver a esa niña una vez más para que se dé cuenta que son el mismo retrato.

Y el abuelo Joe tenía razón, de hecho, cabía la posibilidad de que en el fondo Wonka ya lo sabía, pero era mas su sentimiento por si su amada Ribbeca había tenido un hijo con alguien más, cuando juraba amarlo a él.

—De todas formas, hija, si tanto se amaban es casi imposible que no ame a una niña que fue el fruto de su amor.

Ribbeca había hecho una ligera mueca, pero la intento disimular con una sonrisa, no podía creer que estuviera escuchando eso.

—Lo primero que te recomiendo es no huir de él, encáralo, no lo trates como si fuera una bacteria mortal, dime algo ¿ya no lo amas? — le preguntó su madre

—Es algo complicado de descifrar, mamá, no importa si lo amo o no, amo mas a mi hija.

—Yo entiendo que ames mas a tu hija, pero debes tener en claro tus sentimientos, ella es importante, pero para que tu hija este bien, primero tienes que estar bien tu.