Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]

Décimo Tercero

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—¡Espere! ¿ésta hablando de…? — cuestionó la joven

—¡Si! ¡de eso! — respondió alegre

—Pero esto es solo cristal ¿es seguro eso? ¡se romperá! — balbuceaba angustiada.

—supongo que podría pasar, pero de todas formas el cristal es demasiado grueso para que eso pase.

Lo que Wonka le había dicho no la reconfortaba.

El ascensor por su parte, subía y subía cada vez más rápido, pues llegaron al final de la fábrica.

Ribbeca había abrazado a Charlie y lo protegía con todo su pequeño cuerpo.

De repente se oyeron unos cristales rotos, la castaña cerro sus ojos con fuerza esperando lo peor.

Unos eternos 3 segundos mas tarde Wonka habló— No hace falta que hagas eso, Ribbe— dijo con confianza— te dije que el cristal era grueso, solo mira.

La chica confió y lentamente abrió sus ojos, aunque ella los hubiera preferido mantener cerrados ya que su escenario era nada mas y nada menos que la fábrica desde el exterior desde un ángulo de noventa grados.

—¡Pero todavía estamos cayendo! — gritó asustada sin soltar a su hermano.

—No te angusties— dijo tranquilo Willy y seguidamente oprimió otro botón que los detuvo en seco de la caída y se mantuvo a flote a una distancia considerable del suelo y de las puertas de la fábrica, las puertas de donde empezaban a salir los niños.

A la distancia se podían notar de primera fila a Augustus Gloop con su madre, después a Violet Beauregarde, continuando con Veruca y finalmente debía seguir Mike, pero aún no salía.

—miren— dijo señalando — ¿ven esa fila de camiones?

—Los veo— confirmó Charlie — ¿para que son?

—¿No recuerdas lo que decía el boleto? Apenas te lo leí ayer, Charlie — riño su hermana, ya más calmada— decía que los niños al final de su visita se irían con una fila de enormes camiones repletos de dulces.

—Es justo como dice tu linda hermana, Charlie— dijo pasando de largo la palabra “linda” — y allá va el primer camión, es de Augustus Gloop, está justo subiéndose a el con su mamá.

—Es verdad— miró Charlie al mencionado— esta repleto de chocolate, desde la cabeza hasta los pies— se rió.

—¿Quiere usted decir que… el esta realmente bien? — pregunto Ribbe. El ver a los niños saliendo le causaba un gran alivio