Vigésimo Octavo

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El tiempo estaba pasando demasiado rápido para su gusto, Ribbeca se había vuelto la gerente de la cafetería donde trabajaba cuando llego y de hecho esa noche se encontraba ahí, observado y atendiendo algunas cosas cuando las demás empleadas no podían.

De repente pudo visualizar desde detrás de la caja de cobro como una pequeña niña de cabellos cafés y cortos, que portaba un abrigo blanco y unas medias térmicas color rosa pastel y unas botitas igual blancas, se ponía de puntitas para alcanzar una de las mesas, para cuando Ribbeca se dio cuenta de quien era, había sido demasiado tarde, una señora de elegantes cabellos plateados le había dado una de las galletas que tenia en el plato.

Ribbeca corrió y tomo a la niña para cargarla.

—Disculpe por favor, le traeré una nueva orden como compensación— decía muy avergonzada.

—No se preocupe señorita, asi esta bien, ella me la pidió de favor y yo se la di encantada.

—De verdad que me descuide un segundo, le traeré otras.

—Si me trae otras, le voy a volver a dar otra galleta asi que mejor déjelo asi y aparte es encantadora, es una nena preciosa, por favor, déjelo.

Ribbeca no tuvo mas remedio que volver a disculparse con la señora y regresar a donde estaba, con una niña en sus brazos que se terminaba felizmente la galleta.

Corrió a donde la oficina principal y la dejo en el suelo.

—¿Cuántas veces te he dicho que no salgas de aquí, Whitney? Mamá esta trabajando y debes apoyarla quedándote aquí, yo te estoy viendo a cada rato con la cámara— imploraba a la pequeña Whitney quien miraba atentamente a Ribbeca con sus bonitos orbes violetas.

La pequeña asintió.

De acuerdo, en nada vamos a salir de aquí y tu tío vendrá pronto no debe tardar ya...

—Buenas noches chicas— Dijo el antes nombrado entrando a la sala y dándole un gran alivio a Ribbeca.

A la niña se le iluminaron sus ojitos y corrió hacia el gritándole "Dío"

—Que bueno que llegas— se dirigió a el— Justamente hace un momento acaba de salir a quitarle una galleta a una señora.

El miro a la niña que ya estaba a su altura y en sus brazos —¿Eso hiciste princesa caramelo? ¿Cómo pudiste? — Reía mientras la "regañaba"

El apodo de princesa caramelo se lo habían puesto tras Ribbeca en su embarazo referirse a ella como su caramelo, Adam y Antony le decían igual hasta en ese momento que estaba ya interesada en ser una princesa, ahora por todos lados era la princesa caramelo y todos debían llamarle asi por una amable petición de ella misma, menos su mamá, decía que ella podía llamarle como quisiera.

Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora