Caramelos Escondidos [WillyWonkaxOC]

Trigésimo Tercero

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Las consecuencias eran inevitables, mudarse y empezar su vida en esa ciudad no era problema, el problema se situaba en el lugar de residencia de la familia Bucket.

Ribecca se encontraba en el sofá del apartamento viendo al techo al igual que su compañero, Anthony.

En la mente de la joven a veces le pasaba el pensamiento de que hubiera pasado si Charlie no hubiera encontrado ese billete tirado; como asunto principal la fábrica de chocolate no sería su herencia, su familia no estaría ahí metida, seguirían siendo pobres, pero sobre todo no hubiera conocido a Willy.

Pero tampoco hubiera tenido a Whitney, su más grande motivación y no se arrepiente de ello.

Por otro lado, Anthony se cuestionaba como sería su vida sin ellas dos, no sin ellas definitivamente, sino que se fueran con su familia, se había encariñado tanto con Whitney que él se sentía su padre a pesar de que desde siempre le dijeron que no lo era, era su princesa, su todo a fin de cuentas y no sabría qué hacer si se la quitan, si su amor y atención se va para el...

Whitney se encontraba en su corral para niños, rodeada de juguetes indefensos que le regalaban tanto Charlie como Adam y los padres de Anthony, en lo que a ella se sitúa nada le hacia falta y nada le faltaría.

Esto le da más libertad a Ribbeca para relajarse unos cuantos minutos antes de que su hija vuelva a pedir su atención.

Por qué si bien hacia todo el esfuerzo por educarla bien, también estaba el hecho de que todo le daba, era consentida y no le molestaba, le daría todo lo que estuviera en sus manos para que no sufriera lo que ella tuvo que sufrir durante tantos años de carencia.

—¿Que estás planeando, Ribbi? — le pregunto finalmente Anthony.

—No tengo ningún plan, le decía a Adam que estamos bien así, no necesitamos de él.

—Yo también pienso que estamos bien así, pero debes pensar en Whitney, a ti no se parece mucho, estoy seguro de que se parece más a él, con el tiempo lo sabrá y no sabemos cómo vaya a actuar cuando sepa que no le quisiste decir nada y a nosotros que sabemos y tampoco le decimos nada.

—lo estoy haciendo por su bien, nos lo agradecerá.

—Lo estás haciendo por el tuyo, por qué no sabes cómo regresar diciéndole que tuvieron una hija y que te fuiste por esa razón, por qué ni siquiera le dijiste que te embarazaste y que su actitud pudo haber cambiado cuando lo supiera, le tienes miedo a que todo esto no hubiera valido la pena— le dijo Anthony con enojo, para después sentarse bien en el sofá, obligando a Ribbeca a hacer lo mismo—No quisiera que lo supiera, quisiera ser yo su papá pero no podemos hacerlo, yo no puedo hacerle eso a ella.

A Ribbeca se le pusieron los ojos llorosos, si bien no quería realmente aceptarlo, ya se encargaron de decirlo, eso quiere decir que era más obvio y es que es verdad que si en su futuro le reclamaba, no solo rechazaría a su madre sino a quienes sabían, pasaría a echar a perder sus relaciones con las personas que tanto la aman.