XXIII

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Llámame tonta, gritame todo lo piensas de mi, te doy permiso a que te descargues, y luego tomame del mentón, bésame, porque después de escuchar todo lo horrible, voy a marcharme.

No me dieron opciones, vinieron directo a sacarme de casa,
con chaleco antibalas y protección,
me arrastraron a la realidad,
una donde tu no estabas.

Gritaron maldiciones,
¿porque no he comido?
¿porque mi peso es bajo a la tabla de lo recomendado?
Inyectaron en mis venas un suero que me haría olvidarte,
dijeron que recobraría mi personalidad,
¿qué porque he faltado al trabajo tanto tiempo?

Mis textos me delataron,
comenzaron a decir todo lo que mi boca no podía,
y te señalaron a ti como el virus que casi acaba conmigo.
Los muebles le dijeron a mi madre, lo mucho que te extrañaba,
y que los últimos meses me he estado bañando con mis lágrimas.

Sicofante, tu falta de amor casi me mata,
pero me reconforta saber que tu madre me ha dicho que nadie te ama,
que la chica con la que salías ya no está en tu vida,
y que a veces le preguntas por mí.

Me recuerdas,
y el hospital ya no se me hace tan siniestro.

Me recuerdas,y el hospital ya no se me hace tan siniestro

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SicofanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora