Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi.
Fue difícil alejarme de esa calle,
de ese lugar,
de ese vehículo,
de esos besos,
de ese tacto
y de tu enorme sonrisa,
aquella que estaba repleta de mentiras,
de palabras fingidas
y vacías.
Soy tonta,
soy ingenua
y nunca me di cuenta
de tus verdaderas intenciones.
Te alimentabas de mi estado mental,
me impulsabas a querer más, a rogar,
a llorar por ti como si de un dulce se tratase.
Sicofante,
no eras más que un cuerpo
sin alma
y sin alegría.
Querías ennegrecer todo lo que se cruzara en tu camino,
querías destruir,
lo necesitabas para vivir.
***
Fui al cumpleaños de mi hermana pequeña.
Después de que me dejaras, dejé de lado a mis familiares y me sumergí en la soledad de un cuarto oscuro,
con los espejos tapados,
la heladera encadenada
y el dinero de la renta en el armario.
Me preguntaron por ti muchas veces, diferentes personas.
Mentí.
No me atrevía a decir que me habías dejado en un día tan brillante.
No quería que mi dolor se hiciera presente,
que mi madre reconociera el vacío de mi pecho
e intentara, con desesperación,
ayudarme a resurgir.
"Está trabajando",
les dije; también me lo creí.
En parte era así,
y por lo menos, pude sobrevivir a un cumpleaños.
ESTÁS LEYENDO
Sicofante
RomanceSicofante, abriste heridas que ya estaban cerradas, me enseñaste que el amor era sinónimo de destrucción y que mi belleza no me hacía especial, me hacía ingenua. Sicofante, no eres como los demás, nadie se hubiera atrevido a tanto, fuiste una extens...