No lo sabes, pero he contado las tazas en tu repisa; tienes 32. Una de ellas es mía, un regalo de cumpleaños número 33, marrón, brillante, esmaltada.
Colorida como tu alma, tus ojos, tu voz.
Fue la primera y única vez que vi tu felicidad genuina. Me miraste como si nunca antes hubieras recibido un regalo así, y sé que era verdad; eran 31. De vez en cuando, conseguías una nueva, la comprabas en bazares, regateabas el precio y volvías a casa, radiante por la adquisición.
No hablo solo de tazas.
Es aplicable a todo.
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Sicofante
RomanceSicofante, abriste heridas que ya estaban cerradas, me enseñaste que el amor era sinónimo de destrucción y que mi belleza no me hacía especial, me hacía ingenua. Sicofante, no eres como los demás, nadie se hubiera atrevido a tanto, fuiste una extens...