Hace 9 años
Hola mi nombre es Lena Luthor tengo 15 años y soy la hija menor del matrimonio Luthor mi madre Lillian es una mujer amorosa con sus hijos para ella no hay distinciones entre sus hijos a todos nos ama por igual es como un sol andante cuando está en la casa, pero cuando se trata de negocios o de proteger a las personas que ama puede ser la peor pesadilla de muchos, muchos celebraron cuando ella dejó de trabajar en la empresa cuando yo nací ya que necesitaba de "cuidados especiales" por mi condición. Mi padre Lionel era un hombre serio y astuto, capaz de intimidar a una sala llena de hombres adultos con una sola mirada, Lionel no pedía respetó, él lo exigía y todo porque era el dueño del Luthor-Corp, dicen que el dinero mueve el mundo, yo creo que es más preciso decir que el apellido Luthor mueve al mundo.
Mi padre nunca pasó tiempo conmigo a solas, supongo que le incomodaba estar cerca de mí ya que yo era un fenómeno por mi condición, cuando le pedía hacer algo para la escuela o simplemente jugar como los otros niños él se negaba y me decía que estaba ocupado, aún así mi niñez estuvo rodeado de lujos y riquezas cualquier cosa que un niño deseara y del amor de mi madre.
-Lena cariño por favor despierta, debes de ir al colegio.- Yo solo me enrollé más con mis cobijas, no quería ir a la escuela siempre fui una marginada en la escuela por ser rica o porque no era tan bueno como mi hermana, Morgana, ella era hermosa media 1.70 y tenía un cuerpo perfecto además nació con el don de liderar, no había algo que ella no pudiera hacer a la perfección, era la mejor de su clase y del grado, además de ser capitana del equipo femenino de fútbol y apoyar a los demás equipos deportivos por lo cuál había ganado innumerables medallas y trofeos y aún así con todas sus tareas siempre tenía tiempo para sus amigos, era el orgullo de la familia, pero para mí era un muro, no importaba lo que hiciera yo, ella ya lo había hecho y lo había hecho mejor. Sin embargo nuestra relación no era mala, mi hermana siempre me cuidaba y me protegía de todas las personas que intentaban molestarme incluyendo del odioso de Lex, es muy egocéntrico y se cree mucho porque es muy apuesto, según él, además al igual que Morgana no hay nada que se le de mal y lo peor de todo es que se cree mejor que mi hermana solo por ser hombre es un odioso cuando se lo propone, sin embargo siempre me cuida y es mi compañero de travesuras en una ocasión estuvo castigado por echarse la culpa de la vez que quemamos el traje favorito de papá mientras intentábamos hacer una broma. Muchas personas piensan que mis hermanos son gemelos aunque se llevan por dos años y es que son muy parecidos.
-No quiero ir, me siento enferma.- Dije en un intento para quedarme en cama, pero mi madre solo negó y me obligó a ir a la escuela. -Vamos hija, estoy segura que hoy será un gran día.- Mi mamá siempre parecía feliz, a veces quisiera ver la vida como ella lo ve.
Estaba dirigiendo me a la puerta cuando una voz me frenó. -¡Oye!, Ven y dame un abrazo, brujita.- Desde el accidente del traje de mi padre mi hermana me llama "brujita" porque no se explica cómo queme todo su traje con un sólo fósforo, al escucharla llamarme solo rodee los ojos y fui a darle un abrazo corto para luego salir de la casa.
Cuando al fin llegué a la escuela tuve que caminar rápido para entrar a la clase, sin embargo no me di cuenta y choque contra un cuerpo haciéndome caer. Cuando desperté estaba en una camilla y una chica tomaba mi mano, yo me sentía desorientada así que no medí mis palabras. -Wow, ¿Estoy muerta? O ¿Por qué estoy viendo un ángel?- Dije mirando a la chica más hermosa que haya visto en mi vida tenía unos preciosos ojos color verde claro con algunas líneas café cerca del iris y su cabello ondulado color negro le llegaba a los hombros haciendo que realzara aún más su perfil, además su piel se veía tan suave tenía unas inmensas ganas de recorrer su piel con mis manos para comprobar su suavidad, pero cuando notó lo que dije me puse muy roja y llevé mi mano suelta a mi rostro deseando morir ahí mismo.
-Lo siento, pero no estás muerta, pero sí, soy un ángel.- Dijo la chica de forma burlona mientras me lanzaba un guiño. -Por favor podemos olvidar lo que dije, creo que sufrí un derrame.- Dije muy avergonzada recibiendo como respuesta una risa sincera de la linda chica.
-Lamento burlarme de tí, es que te ves muy linda sonrojada y también lamento haberte tacleado en el pasillo, iba muy apurada y no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde.- Dijo la chica con una mirada arrepentida y un ligero tono de culpa, por alguna razón no me gustaba verla así. -Descuida yo también tuve la culpa, Mmm disculpa preguntar, pero ¿quién eres y dónde estoy.- Dije intentando ver más allá de su espalda, no identificaba dónde estaba ya que era muy blanco para ser la enfermería de la escuela.
-¡Oh!, Lo siento, mi nombre es Lucy Lane, tengo 15 años y estudió contigo en el colegio central de Metrópolis. Les pedí que te trajeran al hospital, porque tú cabeza se estrelló muy fuerte con el suelo y tenía miedo que tuvieras algo grave, pero me dijeron que estás bien, pero tendrás un chichón en la cabeza.- mientras Lucy hablaba yo solo me quedé observando su rostro, era muy hermosa y me sentía atraída a ella como un imán, su forma de hablar expresaba mucha seguridad y calidez.
-oh, bueno muchas gracias y perdón por preocuparte, mmm te dijeron cuando me darían de alto o algo, es que preferiría que mis padres no lo supieran.- Cuando terminé de hablar supe por su rostro que era muy tarde, ya les habían avisado, así que solo suspiré y desee estar desmayada para evitar el interrogatorio que me harían.
Cuando llegó mi mamá estaba muy asustada pensando que tenía algo grave, gracias al doctor y a Lucy se calmó y me dieron de alta, cuando iba saliendo note que lucy se iba caminando así que le pedí a mí mamá que la lleváramos a casa, mí mamá asintió de acuerdo y nos fuimos todas juntas, a partir de ahí Lucy se convirtió en mi amiga igual que una chica nueva Samantha, Samanta y yo éramos muy opuestas, pero nos llevamos muy bien y cuando peleabamos Lucy nos calmaba, evitando que nos asesinemos mutuamente y nos ayudaba a arreglar las cosas, así que nuestras peleas nunca duraban mucho tiempo y poco a poco se volvió mi mejor amiga.
Además Lucy me motivó a intentar tocar instrumentos ya que a ella le gustaba y me dijo que se me daría muy bien el violín empecé a practicar en casa y después busque a un profesor y poco a poco fui mejorando, la escuela se volvió mucho más feliz desde que Lucy y Sam entraron a mi vida, pero había un problema.
Un capítulo antes de dormir, no olviden comentar.
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Cargando con el pasado
Hayran Kurgu-Lo siento, pero no soportaron la operación, era demasiado tarde. Ellos están muertos.- Dijo el doctor de forma tranquila, mientras que yo sentía que mi mundo se derrumbaba. ¡Yo los mate! Fue el último pensamiento que tuve antes de desmayarme, desea...