Capitulo 31: La tierra del mañana, Tomorrowland (3-3)

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Parte final: El fin del sueño del mañana

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(Hugo Pov)

Al fin, todo había terminado, y debo decir, que no podía estar más feliz por eso. Si esta isla era un vistazo a como sería el dichoso mañana, prefiero quedarme en el pasado, muchas gracias.

Aun sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, entre Anya, Rose y yo, logramos hacerle frente al viejo Faraday y ha sus controversiales maquinas del fin del mundo. Y no fue nada fácil, debo decir... ¡una maldita armadura capaz de usar el vapor y los rayos como armas! ¿Cómo se le que ocurrían estas cosas a este anciano? ¡Se que la uso contra nosotros, pero era una cosa malditamente genial!

Según Faraday durante la pelea, diseño el traje para ser el arma más poderosa nunca vista en la tierra. Titulo que si me preguntaban, era verídico.

No obstante, con Rose encargándose de los Mak 2, Anya de los escarabajos mecánicos y entre yo y la mascota de la princesa malcriada logrando que los perros de metal explotaran contra el propio Faraday. Fue que tras un largo rato de lucha, al fin habíamos logrado que el viejo cayera de rodillas a la vez que el casco del traje se caía. Habíamos ganado.

Y ninguno de los 3 pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

Rose: Finalmente -dijo dejándose caer en el suelo exhausta- si que nos hizo sudar, anciano.

Anya: Estoy de acuerdo, y tengo que admitir, que nos hizo ejercitar mucho, profesor -declaro mientras se recostaba contra una pared- esto me dejo sudada y apestosa... en verdad necesito bañarme.

Mujeres, para ellas la prioridad era siempre verse y oler bien, no importa si eras una mercenaria asesina como Rose, o una princesa de cuna de oro como Anya. Aun así, mientras yo mismo recuperaba el aliento, no podía dejar de notar lo callado que estaba el viejo, pero más que eso, pude reconocer el tipo de mirada que el hombre nos estaba dando...

Era la mirada de alguien que ya se había hartado de todos y de todo desde hace mucho.

Faraday: Termínenlo rápido, yo haría lo mismo por ustedes -declaro sin levantar la mirada del suelo- ¿Qué esperan? Remátenme, o solo déjenme en paz. Sea como fuere, ya solo soy un muerto en vida, ya no soy el padre de la robótica, ni de nada.

... ¿En serio está diciendo lo que creo que dice?

Porque lo admito, de hecho, la idea de matarlo si se me paso por la cabeza. No vives tanto tiempo con alguien como Donella sin haberte manchado las manos o aprendido un par de lecciones, como que si te deshaces de alguien peligroso ahora, no te perseguirá para matarte mañana.

Pero, aunque es cierto que lo pensé, la sola idea de hacerle eso a este hombre... la siento errada, simplemente no esta bien. No se la historia, pero solo lo sentía, el hecho de que este anciano ya había pagado demasiados platos rotos, por cosas que ni siquiera fueron su culpa. Solo no me gustaba nada escucharlo. 

 

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Enredados: El lado oscuro del solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora