Capitulo XLII

799 130 10
                                    

Intento separarme, pero el me agarra con fuerza. Siento su lengua jugar con la mía.

Como una danza caliente que no para de bailar.

Madre mía, ¿Por qué esto me está gustando?

Maldición Aarón, que bien besas.

Pero caigo en cuenta que es mi hermano y no un tipo cualquiera.

Aprieto su camisa con fuerza, me está costando respirar.

Para.

Le doy unas palmadas en su pecho.

Ya detente.

El me deja y un hilo de saliva queda como muestra de nuestro acto prohibido.

-Hijo de puta...-le digo antes de comenzar a toser como loco.

Diablos, mi cuerpo completo está temblando.

Cuánta reacción hace en mí.

-Nadie más podrá dejarte como yo lo hago cuando te beso.

Mis rostro se sonroja por sus palabras.

-Lárgate Aarón...lo que hiciste fue...

-Aún así, lo disfrutaste.

El desaparece antes de poder contradecirlo.

Pero, ¿Qué podría decirle? El beso me dejó mal.

Porque no lo odie.

Me gustó, y eso me hace sentirme como una mierda.

Me paro del sillón pero mis piernas tiemblan por lo que me tengo que afirmar para llegar a la cama.

Si hizo esto solo con un beso...

Es peligroso que avance más.

....

Los días antes de la coronación han sido simples.

Yo, evitando a Aarón y escondido en mi habitación.

El, ocupado por el traje que debe usar y por el ensayo de la coronación.

Pero el maldito no se si terminó rápido o qué.

Lo veo recorrer todo el palacio.

Me concentro en leer mi libro, pero el beso de anoche no deja de estar en mi cabeza.

Toco mis labios y los siento palpitar.

Mierda...

Estoy jodido.

¿Por qué tuvo que gustarme?

Oigo el sonido de la puerta y al abrir, una sirvienta me dice que Aarón quiere verme en su habitación.

¿Estás loca que iré?

Si voy me comerán vivo.

Y si no lo hago...

El vendrá igual, maldición.

La sigo y ella entra conmigo.

Le informa que me trajo y se va.

Para mí suerte hay más sirvientas en la habitación.

Le están tomando las medidas del traje.

-Veo que estás ocupado, quizás debería venir después...o otro día..

O quizás nunca.

-Tómenle las medidas-el ordena y las sirvientas se me acercan.

Las dejo hacer su trabajo y Aarón que terminó hace un rato solo me ve.

Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora