Capitulo XXIII

980 151 0
                                    

El quita sus dedos de mi barbilla y le respondo con obviedad.

Por supuesto que no me ve como su hermano, no compartimos la misma sangre.

-Se que no me ve como su hermano, me ve como un enemigo posible para el trono.

Muerte se golpea la frente maldiciendo como soy tan lento.

¿Qué ocurre, no entendí lo que dijo?

Vamos, ¿De qué otra forma me vería Aarón?

No para de preguntarme si quiero el trono.

Muerte deja el tema y ve el libro a mi lado.

-¿Cuántas veces has leído esto?

-¿Unas diez?-respondo-todo aquí es tan aburrido.

-¿No has pensado en salir? No todo es estar encerrado en el palacio, puedes ir al pueblo, o incluso ir a ver a los sirvientes trabajar. También están los caballeros imperiales.

-Todos me odian, piensan que soy un tirano y que les cortaré la cabeza.

-¿Tu hermano invento esos rumores?

¿Quién más?

-Una vez conocí a un príncipe, el era como tú, un pequeño que no salía mucho del palacio. Los sirvientes tenían falsas ideas sobre el. Creían que era un mounstro por sus ojos dorados. Le recomendé salir, y el me hizo caso, con el tiempo se ganó el amor de sus sirvientes, de sus caballeros, y de su pueblo.

-Imagino que está viviendo una vida feliz.

Muerte evita mi mirada y dice fríamente.

-Lo habría estado si no lo hubieran quemado en la hoguera por brujo.

¿Qué? ¿Lo quemaron?

-¿Su pueblo...?

-Te equivocas, fue un imperio que lo secuestraron y supieron que esos ojos tenían el poder de Medusa. 

Me quedo en silencio sin que decir. Es terrible ser quemado solo por tener tal poder.

Observo a Muerte y noto que parece afectarle el tema.

-El era rubio, igual a la forma de tu cabello.

Decido cambiar el tema, parece que no se siente bien el recordarlo.

-¿Qué le ocurrió a su ojo?

-¿Mm?¿Esto?-apunta a su ojo derecho-me lo sacó una serpiente de mar.

Oigo llegar a Destino diciendo.

-Y tu le arrancaste dos cabezas.

¿Una serpiente?

-Este idiota molestó a Leviatán.

-¿No es mejor así? Un ojo por dos cabezas. Estoy seguro que siempre me recordara.

Leí sobre ese mounstro marítimo de siete cabezas, ¿Ahora le quedan cinco?

-Muerte, ví a Aarón salir molesto, ¿Qué dijiste está vez?

-No mucho-responde el.

-No lo llamaste de una forma despectiva...¿Verdad?

-Esta vez me contuve y me comporté.

¿Se comportó? ¿Cómo es cuando no se comporta?

Destino me mira esperando explicaciones sobre el comportamiento de su hermano.

-Bueno... le dijo quiltro, es un avance, ¿No?

Al menos no lo llamó mapache.

Muerte evitó los ojos juzgadores de su hermano.

-¿Sabes que Aarón es hijo de dos razas distintas?

-Si, por eso le dije quiltro, le queda como anillo al dedo.

Destino negó la cabeza como si se rindiera con su hermano.

El adolescente me pregunta sobre mi salud, y el como me he adaptado a este mundo, entre otras cosas. Le respondo a todas sus preguntas con sinceridad.

Aunque me cuesta un poco adaptarme, y todo es confuso, no es tan malo, siento que me he acostumbrado con el tiempo.

Al ver a Muerte sonrió en mi interior, creí que daría miedo. Pero resultó ser más amable que su hermano mayor. Su forma de hablar, de expresarse, me hacen sentirme extrañamente tranquilo, como, si no me importará quedarme dormido para siempre...

Oigo chispear unos dedos, y resultan ser de Muerte.

-Cuidado, recuerda que la muerte es reflejada cómo la paz interior. Podrías perderte en este abismo.

Lo entiendo.

-No pienses en mí como una existencia amable y de buen corazón. Yo solo estoy pagando mis pecados.

¿Quiere decir que es alguien malo?

Destino asiente con la cabeza.

Oigo en timbre de un celular y Muerte contesta con respeto.

¿Respeto?

-Septimo Anciano...si, no se preocupe..., estaré ahí en 10 minutos.

Al cortar, le dice a Destino que es hora de irse.

-Bueno niño, nos vamos-dice la voz infantil.

El abre un portal de un color azul claro.

Muerte se queda parado sin entrar, y Destino le pregunta que ocurre.

-Lucas, ¿Puedo abrazarte?

¿La Muerte abrazando a un humano?

-¿Qué bicho te picó Azael?

¿Así lo llama?

-Si quieres, puedes hacerlo-le respondo.

El se acerca a mi y me abraza llevando una mano a mi nuca. Algo me hace gemir de dolor. Y el se aleja disculpándose.

-Te pase a llevar con mi anillo, lo siento.

-Esta bien, igual no dolió tanto-me tocó la parte de la nuca.

Fue como el dolor enfermizo de Lucifer.

Me fijo en el anillo de calavera.

¿Con eso me lastime? Parecía un pinchazo.

Destino y Muerte se van y al quedarme solo me dirijo al balcón.

No puedo creer lo que veo.

Aarón me observa con el seño fruncido.

¿No iba a salir hoy?

Destino

¿Qué fue eso? ¿Un abrazo? Ni siquiera a mí me abraza.

¿Es por qué es su nieto? Digo, ambos fueron creados por Dios, entonces, Muerte sería en realidad el hermano de sangre de Lucifer, y lucifer dice que Lucas es su nieto, por lo que mi hermano se convirtió en abuelo aunque no tenga ningún parentesco con Lucas, ¿No?

No sé mierda acabo de pensar.

-¿Y bien? ¿Abrazo? ¿Desde cuándo abrazas a las personas tan fácilmente?

-¿No te has dado cuenta?

-¿Sobre que?

-El niño morirá.

-Eso ya lo sé. Es la única forma que recupere sus poderes.

-Morirá antes de tenerlos.

¿Cómo eso?

-Por eso puse un sello en el. Una manera de que alma escape a éste cuerpo-dice acariciando el cabello de Lucas.

-¿Destino lo descubrirá?

-Hermano mayor-pregunta sonriendo inocentemente.

Retrocedo unos pasos, el jamás me llama hermano mayor por una buena razón.

-¿Dónde están el par de armas que te regalé?


Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora