Capitulo XLIX

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Tal como decía el libro, dejó que me desangrara.

Si no fuera por ese caballero imperial habría muerto.

Mi plan fue derrocar a Aarón.

Pero todos los días le veía en el jardín.

El sonreía al jugar con un animal del palacio.

Sus conversaciones con los sirvientes eran fluidas y naturales.

Quizás de ese momento, comenzó mi interés en Aarón.

O fue cuando tenía 7 años.

Me estaba ahogando y un niño rubio me salvó.

Fue como un ángel para mí.

Conocí al Marqués Jhonson y el Conde Mc lister en el baile donde fui chorreado por vino.

También me dolieron los ojos.

Huí de ese lugar con vergüenza y pena.

No creí que me odiaría tanto.

Esa noche lloré por qué me gustaba Aarón.

Pero yo no le gustaba a él.

-¿No puedes simplemente ser mío?

Me plantee esa pregunta, aunque fuera contra su voluntad.

Cuando llegó el día de derrocar a Aarón, fui débil.

No quería asesinarlo.

Prefería ser yo el lastimado que el.

Jamás pensé que me mataría.

Recupere los recuerdos de mis dos vidas.

Y fui abandonado por dos príncipes.

¿Que puta broma es esa?

No morí, y descubrí el gran poder en mí. Un poder indestructible, dispuesto a destruir lo que sea que toque.

Mi cabello cambio su color a un blanco puro y mis ojos a un gris claro, soy diferente.

Ya no era el mismo Lucas.

Y mi nombre, era Avel.

Eso decía un papel que iba dentro de la manta que le dieron a Valak.

Ser adoptado, fue difícil aceptarlo, pero a la vez me sentía aliviado.

Podía ser algo más que un hermano menor para Aarón.

Y el enterarme que se casaría pronto, causaba una explosión de celos en mi corazón.

¿Por qué? El es mío. No puede casarse.

Me río de mi estupidez.

Yo lo abandoné y le dije que me casaría con alguien más.

¿Es así como se sintió?

Igual fui a detener ese matrimonio, les succione la vida a los presentes sin mirarlos.

¿Quieren un matrimonio?

¿Por qué no mejor un matrimonio con Muertos?

La novia también fue convertida en un cadáver.

¿Que clase de Tim Burton es esto?

Lo secuestre y lo encerré en una habitación, está era mi oportunidad.

Oh, Aarón podías ser mío.

¿Por qué suicidarte?

Sus palabras fueron filosas, prefiere mil veces morir que estar conmigo. ¿No fue parecido a lo que le dije a Aarón cuando lo rechacé?

Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora