Capitulo LXXXIV

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Mi padre y yo nos levantamos de nuestros asientos, le digo a el que vaya al salón donde están todos, yo ire a ver a Destino. Le digo a Lex y a Axel que vayan con mi padre, me gustaría hablar con el pequeño Cruella a solas.

Mientras me acerco a la habitación, algunas dudas están en mi corazón. ¿Estará bien? ¿A qué se refiere con discapacitado? ¿Y dónde está Muerte?

Al llegar a su puerta, la golpeó despacio. No me contesta. La abro y veo a Destino sentado en la cama con su rostro oculto en sus rodillas. No tiene la apariencia de un niño. Pero se ve igual a una persona destrozada.

-¿Destino?

El sollozo se detiene al escucharme.

-Vete-oigo su débil voz.

Me siento a su lado.

-No me iré.

-Terco.

Me río, y acaricio su cabello. No es tan brillante como el de antes pero al menos se ve mejor.

-¿Que pasó?

-....

-Lucifer está aquí.

El deja de ocultar su rostro y me mira con urgencia.

-¿Qué está quién?

-Lucifer.

El ve hacia sus lados, ¿Qué estás haciendo? ¿Buscando un lugar donde huir?

-Tengo que escapar.

-Escuché que está molesto.

-Más aún tengo que irme.

-¿Vas a decirme que está pasando? ¿Y
te encuentras bien?

Destino afirma las sábanas con fuerza, es un hábito que hace cuando no sabe que decir.

-¿Y Muerte? Dame respuestas, me tienes nervioso.

El se rasca su cabello.

-Esta enojado.

-¿Contigo?

-¿Con quién más?

Amo tu sarcasmo.

-El pudo arreglar por lo menos el 50% de mi alma, pero dijo que yo tendría que arreglar lo otro y evitar usar mi poder. En el proceso tenía que revelar el secreto que más había guardado. Y revelé que yo fui el culpable de la muerte de su primer amor.

-¿Cómo reaccionó?

-No me dijo nada, yo le conté que fue Casey quien preparó la trampa para el Segundo príncipe, aún así no me respondió, solo se levantó y se fue.

Muerte debe estar molesto, pero quizás no con Destino, si no con Casey.

-Me puse a llorar por qué estoy seguro que me odia, solo que no quiso demostrarlo. Soy algo sensible en algunos sentidos.

No importa, me gusta este Destino sensible.

Veo al pájaro azul acariciando su mano.

¿Lo estás tranquilizando?

Detrás mío siento una presencia peligrosa, Destino se tapa con la frazada.

-¿Lucifer?

-Abuelo-me corrige.

Jura que algún día le diré así.

Si está bromeando eso significa que no está del todo molesto.

-¿Que le hizo venir a este lugar?

El llega a mi lado.

-Curaré a este niño.

El pequeño Cruella muestra su rostro.

-Papá...

-Eso da miedo, no me llames así.

Me río, por qué me siento de la misma manera cuando quiere que le diga abuelo.

-¿Realmente va a curarlo?

-Si, muerte hizo casi todo el trabajo, pero si seguía gastando energía se desmayaría -sonríe con arrogancia-Yo, a diferencia de el, soy mucho más fuerte y duradero.

Claro...

-Es mejor que te vayas-me dice-mi poder podría perjudicar a los bebés.

Asiento con mi cabeza.

Es comprensible.

-No entres a pesar de que escuches los gritos de Destino.

-¿Voy a gritar?

-Y llévate a este animal-me lanza el pájaro azul.

Le deseo suerte a Destino.

La necesitarás.

Me giro llevándome al pájaro, el no quiere salir pero no es como si se pudiera negar.

Me apoyo en la pared frente a la puerta cerrada. Destino volverá a ser el mismo gracias a Muerte y a Lucifer, eso es bueno.

Tengo que tener cuidado de esos guantes.

El pájaro azul se sienta en mi hombro mirando la puerta.

-El estará bien.

-Me duele verlo en ese estado.

-A mi también.

El pájaro aletea y aterriza en mis manos.

-Dime una manera de conquistarlo.

-¿Al pequeño Cruella? Mm, eso es difícil.

-¿No hay? 

-El problema es que a Destino le gusta la soledad, y la tranquilidad. Esas personas son difíciles de conquistar porque no les importa perderte. Van a preferir mil veces su soledad, a que problemas ruidosos.

El pájaro suspira.

Vamos, no te rindas.

-El me dijo, que cuando terminara esto, se iría.

Destino...

¿Por qué ser tan cruel?

-Se que me equivoqué, lo siento, siempre me preocupe para seguir las reglas al pie de la letra, y eso, creo que no le agrada.

-Es probable.

El mismo pequeño Cruella lo dijo, por qué le recordaba a su anterior yo.

-Creo que lo de Noah y yo, no funcionará.

Lamentablemente, yo creo lo mismo.

Destino parece quererlo, pero con miedo de intentarlo.

-¡Ahhhhhhh!

Miro la puerta, Si me acerco podría intentar ver por dentro, pero, ¿Estaré bien? Digo, no es como si entrara a la habitación.

Tocó la puerta con la mano, uso la magia de mi padre para intentar ver. Este conjuro me lo enseñó Muerte. Ya lo usé una vez, no me será difícil...

El ardor en mi estómago se intensifica, pongo mi mano en mi abdomen con una expresión de dolor.

¿Que está...?

Al mirar hacia abajo veo uno humo rojo siendo aspirado. ¿Están robando magia de Lucifer?

-Traviesos...¡Ah!

Siento que me desmayare...

Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora