Camino hacia Aaron ignorando las gotas de agua, el corre hacía mi, y abre su paraguas, me cubre con este diciéndo que debo preocuparme por mi salud.
Aarón, eres astuto.
Y yo otra vez no me había dado cuenta.
-¿Está lista la comida?
-Si, hice que prepararán mucha.
-Me alegro, porque los niños tienen hambre.
Paso de largo entrando al palacio, estoy un poco mojado pero es lo de menos, Aarón se me acerca deteniendo mis pasos.
-¿Que fue lo que...?
-Los niños tienen hambre, son dos, tres si me sumo yo...
Unos brazos me levantan al estilo princesa y me giran con felicidad.
-¡¿Dos?!-el se detiene y me besa-seré padre de dos....
-¿Cuando lo supiste?-le pregunto.
Destino me dijo que no le dijera, ¿Pero para que ocultarlo si el ya lo sabe? Estaría mintiendo en vano.
-Cuando rechazaste el queso.
¿Tan luego?
-Tenía mis dudas, porque tú nunca rechazas la comida.
¿Que intentas decirme?
-Le pregunté al Mago sobre lo que sentía en su vientre cuando yo estaba en el. Me dijo que al principio fue un ardor, que podía ser por el poder mágico y lo demás fue el asco, los mareos, el vómito...
No me recuerdes eso.
-Sere padre de dos...
Sus ojos brillan de la felicidad.
Le doy un beso corto.
-Un niño y una niña.
-¿Que....?-el me baja y se arrodilla a poner su oído en estómago.
-¿Que intentas hacer? Aún falta para que los sientas.
-Su padre está aquí...-dice en un susurro.
Este tipo....
Me río, yo también estoy feliz.
-Sere padre de dos-vuelve a decir.
Si, lo serás.
Me encargaré de que eso suceda.
El se levanta y sostiene mi rostro con sus dos manos.
-Te amo, te amo, yo te amo.
Para, haces que mi rostro se ponga rojo....
-¡Sere papá de dos...!
Aún sigue sin creerlo.
-Aarón....¿Estás llorando?-me río.
El se seca las lágrimas con vergüenza.
-¿Cómo no podría? Tendré dos hijos con el amor de mi vida..., supongo que estoy llorando de la felicidad.
Me doy aire en mis ojos.
No llores.
No hagas algo así...
Suelto un sollozo y abrazo a Aarón.
Estoy feliz, tendré una familia.
Un hermoso esposo y unos hijos preciosos.
¿Que más puedo pedir?
-Te amo Aarón, gracias...
Gracias por aceptarme.
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Soy el príncipe de un libro
De TodoMi vida entera fue una total mierda,jamás tuve nada,ni siquiera el amor de mis padres. Y cuando pensé que no podía ser más desdichado, me muero. Hasta ahí, ya nada me importaba. Y aquí se viene el problema, a un imbécil se le ocurre llevarme a mi vi...