Capitulo LI

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El paisaje ante nosotros es como el bosque donde compartí con Aarón mi llegada sin mis recuerdos.

Se me hace un nudo en la garganta.

Sigue doliendo.

¿Cuánto tiempo habrá pasado en el otro mundo? ¿1 semana? Quizás más.

Lo extraño.

Mis orejas se ponen alerta y le aviso a Muerte que alguien se acerca.

Reúno un poco de poder en mis manos y lo que se asoma es una persona que cae herida al suelo.

El agresor es un adolescente con una venda en el cuello, su apariencia es igual a la de un Demonio.

El pelinegro mira a Muerte con desagrado.

Y este pone la misma expresión.

-¿Qué hace aquí?-le escucho decir.

-¿Que hace el mocoso en este lugar?

¿Se conocen?

El adolescente mira al herido, quien le súplica por su vida.

-Vete antes que te arranque los ojos.

El hombre desaparece rápidamente y el chico se acerca a nosotros.

-¿Veniste a visitarme?-pregunta con una falsa sonrisa.

Muerte frunce el seño y lo regaña por estar aquí.

-Regresa al palacio.

-¿Y si no quiero? Me obligarás...¿Tío?

¿El hijo de Lucifer?

Destino no tiene hijos, y Creación ya tiene al suyo.

Es igual a su padre en apariencia, pero su personalidad....

Miro a Muerte.

Son iguales.

-Largo, voy a decirle a tu padre.

-¿Y qué? Cómo si fuera a venir, llevo dos años en este mundo y ni siquiera se ha asomado.

-¿Quién fue el idiota que quiso cambiar almas con un humano?

El niño se traga sus palabras y me mira.

-Me gusta tu lunar...¿Que eres?

¿Lunar? Me tocó mi rostro y recuerdo que en este cuerpo tengo un lunar debajo del ojo derecho.

-Un mestizo.

-¿Mezcla entre qué?

¿Por qué quiere saber?

-Una Muerte y un Dragón.

El se asombra.

-Chico guapo eres genial. ¿Un Dragón? Wow.

Muerte lo ignora y avanza hacia el volcán, lo sigo y el chico con la venda nos persigue. El me pregunta si mi cabello y ojos son reales.

-¿Lo son? Nunca he visto ese tipo de colores. Dicen que los Dragones son guapos. Al parecer no mienten.

Debo ser agradecido por los genes de mi padre.

-¿De que Muerte eres hijo? ¿Del llorón?

¿Cuál es ese?

-Del peli blanco, ahora cállate-responde Muerte con molestia.

-No estoy hablando contigo-el chico le responde con el mismo tono.

-¿Cómo te llamas?-le pregunto.

-Perdona mis modales-se disculpa rascando su mejilla con su dedo-me llamo Azmael, soy el hijo de Lucifer.

-Lucas, un placer.

-Te ves respetuoso, ¿Eras un príncipe?

Es agudo, por supuesto que era un príncipe, y mis actos respetuosos se deben a qué estudié mucho para derrocar a Aarón y ser un Emperador.

Digamos, que son naturales.

-Dragón...tus ojos se ven arrogantes.

Le sonrió y Muerte se gira hacia nosotros.

-Pronto entraremos, Azmael, no puedes venir con nosotros.

El chico se ríe y pasa de largo.

¿Es mi idea o se ve como un niño mimado?

Muerte lo persigue y sujeta el cuello de su camisa por la nuca, al tirarlo Azmael se ríe nerviosamente.

-Casi fuí quemado...

El volcán tiró algunas chispas.

Mantengo distancia en silencio.

-Voy por el Ave, y tú-arrastra a Azmael hacia mi lado-quédate con Lucas.

¿Tengo que cuidarlo?

Muerte desaparece y el chico vuelve a mirarme con una sonrisa falsa en el rostro.

No me agrada este niño.

-Escuche que los dragones son seres independientes, ostentosos y arrogantes.

Es ruidoso.

Y no el ruido que me gusta.

Aunque se parece a Muerte tiene una pizca de hipocresía en el.

-¿Eres hijo único?

El frunce el seño y me pregunta la razón por la que pregunto.

-Pareces querer atención.

-¿Qué? ¿Atención? ¿Sabes a quien le hablas?

Lo que le dije le dolió.

El me ignora y se sienta en una roca.

¿Está molesto?

No es mi problema.

-No tengo hermanos-dice después de un tiempo-padre nunca quiso darme uno.

Muerte dijo que eran dos hijos...

¿No sé lo han dicho?

Las palabras que me dice parecen ser reales.

-El me dijo que mi madre nos abandonó, y vine a buscarla.

¿Este es su "Yo" real?

El resopla con fastidio.

-Pero este mundo es grande y yo...soy muy pequeño.

-Dicen que los Demonios son seres engreídos-le digo-entonces se uno, eres grande. Y el hijo de Lucifer. Si te crees el cuento, se hará realidad.

No escucho su respuesta y le miro de reojo, para darme cuenta que sus ojos se humedecieron.

El evita mi mirada.

-Tienes razón Lucas, soy grande, puedo encontrar a mi madre.

¿No sabe que está Muerta?

No puedo decirle, no es de mi incumbencia.

Su padre tiene que ser sincero con el.

Mi vista se dirige al volcán y un chico vestido de negro sostiene con su mano derecha a un ave de sus patas.

¿No puede ser más amable?

El ave de color rojo expulsa fuego intentando separarse de Muerte, quien solo se dedicó a crear una jaula con su poder.

Con fuerza echó al ave adentro.

-Ten-el me lanza la jaula y yo atrapo al Fenix.

Le miro con tristeza.

-Lo siento, suele ser un poco brusco.

Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora