Del pergamino una cosa mountrosa empieza salir de el, su cuerpo es como el de un humano, tiene unas alas de murciélago y su cabeza es como la de una cabra, unas moscas lo rodean, su ruido me incómoda.
Oh...dios...quiero vomitar.
Odio las moscas, y el se ve asqueroso.
-¿Me tienes miedo invocador?
¿Miedo?
-No, solo me das asco.
Un silencio reina entre nosotros.
-Nunca conocí a un invocador tan directo.
Yo no te invoque.
-No se como llegaste aquí, pero, ¿Podrías irte?-me tapó la nariz, el huele mal.
-¿Quieres que el gran Belcebú se vaya?
-Si.
-No me iré, me agradas.
¿Cómo es que llegué a agradarte?
Ahg, maldición, déjenme en paz con mi pena.
Me apoyo en la pared mientras Belcebú toca mi cama con curiosidad, hasta se acuesta encima de ella, los labios de la cabra parecen sonreír.
Botaré esa cama.
No me malinterpreten, algunas partes de su cuerpo se ven podridas.
-¿Realmente no te irás?
-¿Por qué estabas llorando?-los ojos rojos de la cabra me miran, en su frente un símbolo de estrella brilla con una luz roja.
-Estoy de duelo.
Si, perdí a mi esposo y a mi padre.
Mis ojos se vuelven a humedecer y oculto mi rostro en mis rodillas, no quiero que este tipo asqueroso me vea.
-¿Eres pareja del que mató a Barbatos?
Le miro.
-Barbatos solía servirme a mi.
Mis ojos se enfrían, tu maldito subordinado asesinó al padre de mis hijos.
-Me gusta esa mirada dragón mestizo.
Aprieto mis dientes con fuerza, quiero destrozarlo.
-Pero yo no envié a Barbatos-frunzo el seño-cómo dije, el solía servirme.
-Largo.
-¿No quieres mi ayuda?
-¿De que me serviría una peste como tu?
El se ríe.
-Puedo ver dónde está el hijo mestizo de Mammón.
¿Sabe dónde está Casey? Ni siquiera yo he podido encontrarlo.
-Te ayudaré.
¿Lo hará? ¿Y que es lo que quiere? Nada es gratis en esta vida.
-¿A cambio de qué?
-Del poder que más amas.
Valak.
Mis pasos resuenan por pasillo de la mansión hasta llegar a una grande puerta. Los perros guardianes se transforman en demonios abriéndome con respeto.
-Nuestro señor le espera.
Que bueno que así sea.
Paso de largo deteniéndome frente al escritorio, le saludo.
-¿Que hace el perro fiel de Lucifer visitando a este honorable duque infernal?
Mis ojos observan al hombre parecido a un humano, sus ropas son exquisitas y su rostro no tiene ninguna marca de imperfección, encima del cabello rubio posee una corona de oro, y en su mano izquierda una víbora que me observa con odio.
Tuve que haberla terminado de quemar aquel día.
-Astaroth-menciono y el espera que siga sin dejar de mirarme.
-Barbatos asesinó a mi hijo.
El se acomoda en la silla, parece incómodo.
-¿La pareja del Dragón mestizo?
-¿Por qué razón dejaste que lo hiciera?
El me muestra un anillo negro.
No puedo creerlo.
¿Solo por eso?
-El hijo mestizo de Mammón me pidió un favor, 'Asesina a la pareja del Dragón mestizo y te daré esto' ¿Cómo podría negarme.
-Este anillo...
Puede invocar a 5 grandes Demonios que sirven a Lucifer y seguirte obligadamente.
Bueno, todo depende de que si tienes el poder suficiente de hacerlo.
-Se de quién es-el suelta una pequeña risa-¿Quién no sabe quién es Muerte?
-¿Entonces por qué? Muerte vendría y le quitaría el anillo...
Asta golpea el escritorio enojado con su mano derecha.
-¿Y dime cuándo sucedería eso? ¡Ahora mismo ese bastardo no está y dejó un artefacto peligroso en manos de cualquiera!
Dejo de hablar hasta que lo veo calmarse, se que no le gusta Muerte, y lo entiendo, pero, no sé puede hablar mal de los superiores, Lucifer y Muerte, son los que comandan el Inframundo.
Y eso, es algo que a Belcebú y a Astaroth les cuesta entender. Pueden que sean los más leales hacia Lucifer y los más poderosos después de él, sin embargo, no son nada más que eso. Y hay que recalcar el papel de Muerte en este lugar.
Lo quieran o no, ellos mandan aquí.
-Yo hice el trabajo que el no pudo hacer.
-¿Por qué no mataste a Casey? ¿No era la solución más corta? Recuerdo que no te gusta ser mandado por seres inferiores.
Me sonríe tocando sus comisuras, está molesto.
-Querido Valak, ¿Tengo la cara de idiota?
Solo un poco.
-Puedo leer tus pensamientos.
Por eso lo pensé.
El se cruza de brazos, la víbora sube hacia su hombro quedandose quieta.
-El de arriba dió órdenes.
No necesito que me diga más, estoy seguro de que fue sobre el tema de Lucas, ya que es el único que puede matarlo, ¿Y para que? Para saber que tan fuerte es.
Es la manera de ver si puede usarlo o destruirlo.
Maldito viejo loco.
Suspiro.
-Ahora te preguntaré sobre la principal razón de mi visita, ¿Dónde está el alma de mi hijo?
Si Barbatos lo asesinó entonces su alma debe tenerla Astaroth, esa es su manera de trabajar y hacer las cosas.
El demonio rubio me mira con extrañeza.
¿Que ocurre? ¿No la tienes?
-¿De que hablas Valak?
-Sobre el alma de mi hijo, ¿Dónde está?
No te hagas el inentendido.
-Yo no tengo el alma de tu hijo, jamás traspasó las puertas del infierno.
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Soy el príncipe de un libro
De TodoMi vida entera fue una total mierda,jamás tuve nada,ni siquiera el amor de mis padres. Y cuando pensé que no podía ser más desdichado, me muero. Hasta ahí, ya nada me importaba. Y aquí se viene el problema, a un imbécil se le ocurre llevarme a mi vi...