Capitulo XCVIII

236 39 0
                                    

Está bien, pero yo no mataré a esa cosa.

-¿Destino no quieres...?

-No, es asqueroso.

-Pero usarás tus abanicos.

-Aún peor, se ensuciaran con su sangre...¡Además estoy lisiado! Aún me duele el culo...ten piedad.

Claro, hazte la víctima.

No me queda de otra, ugh que asco.

Me levanto y un tronco viene hacia mí con rapidez, me agacho antes de que me toqué.

A la mierda...

Destino y yo nos miramos.

-Ve el lado bueno-dice el-no es tan fuerte como para convocar a los que sirven a lucifer...

¿Que hay de bueno en eso? Este también es peligroso.

-Son un rango más bajo pero...

El suelo tiembla y Abducius aparece a nuestro lado. El expusa aire desde sus fosas nasales.

-Likzusfeintons Faklak.

¿Que dijo? No aprendí a hablar su idioma al 100%.

Miro a Destino, el parece querer vomitar literalmente.

-¡Que asco! Hombre no....

Destino me toma del brazo y me aleja a varios metros del toro.

-Esta cosa dijo que eras tan lindo que te verías mejor mutilado en su cama... Ahg.

Me da náuseas de solo pensarlo.

-Demuestra quién eres y mata a esa cosa, será fácil para tí.

Por supuesto, es tan fácil que casi me hace volar la cabeza con un tronco.

Desvaino mi espada. El Demonio toma otro tronco.

Destino se aleja sentándose en la rama de un árbol. Me encantaría estar en su lugar.

Oh madre mía, ensuciaré mi ropa, ahora comprendo al pequeño Cruella.

Activo mi poder de viento y avanzo con rapidez hacia el minotauro, el intenta pegarme con sus troncos, pero mi espada ya lo ha atravesado, la sangre me salpica y mis ganas de vomitar me las trago.

Muérete de una maldita vez...

-¡Por cierto, ese Demonio tiene tres corazones!

¡No jodas!

-¡¿No podías decirlo antes?!

-Lo olvide.

-¡¡¡Grruahhbh!!!

Mis oídos...

Me alejo, su tronco me roza el brazo, creando una pequeña herida. El me vuelve a atacar, yo le congelo los troncos y los rompo con mi espada. El grita furioso, me tapó los oídos.

Destino hace lo mismo.

-¡Córtale el cuello!

Espera a que termine de gritar, mis oídos sangraran si sigue así.

Cuando su grito infernal termina, me transportó a detrás de el. Primero la cabeza para que dejes de hacer ruido. Y después el corazón, dónde no tengo la menor idea dónde está.

Su cabeza sale volando y le pregunto a Destino la localización de los corazones.

Me estoy llenando de sangre.

-¡Piensa que donde están sus pezones es el lugar de un corazón!

Que grandioso ejemplo amigo.

Si ya ataque uno, me quedan los otros dos que están en cada pezón, en los pulmones se podrían decir.

Soy el príncipe de un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora