Ladybug Sistema de misiones y Loteria

Capitulo 18

La batalla contra el Dragon, la novia de Atreus.

Los ojos de Kratos miraban al joven de cabello albino frente a él, naturalmente no le interesaría una persona al azar pero había visto la perfecta coordinación en la pelea demostrada cosa que solo se lograba confiando al completo de persona y conociendo el estilo de pelea de una persona, pero cuando vio la espada de su esposa en las manos del chico entendió que la espada lo había guiado su estilo de pelea.

Dejo sus pensamientos de lado cuando sintió peligro desplegando su escudo con rapidez se dio la vuelta golpeando a un infernal antes de volver a otro y darle un poderosa patada espartana en el abdomen llegándose a escuchar el sonido de un repugnante crujido que puso nervioso a Bell que por alguna razón se imagino recibir esa misma patada del espartano, solo para que la se imagino de él partido por la mitad en una explosión demasiado sangrienta.

Levántate niño, la pelea no ha terminado. - ordeno Kratos con seriedad mirando con desaprobación la distracción del niño que lo notó poniéndose de pie de un salto antes de ir a matar a infernales aunque la cantidad había disminuido desde que Raijin comenzó a volar por el campo de batalla cortando a quien se encuentre.

Hermano cuidado a la derecha. - dijo Mimir en la cintura de Kratos haciendo que rápidamente reaccione desplegando su escudo bloqueando una bola de fuego, mirando su entorno encontró a un grupo de Draugr acercándose extendió su mano antes que una hacha envuelta en hielo llegará volando a su mano.

Dos flechas envueltas en rayos surcaron cerca de su cabeza antes de alojarse en la cabeza de los cuerpos vengativos, mirando sobre su hombro encontró a Elizabeth con un arco de energía y una mirada seria mientras no muy lejos el muchacho albino y Helena mataban a los demás infernales pero en eso un temblor se hizo presente en el lugar antes que una gran figura se posará en los tejados con un tótem de piedra mientras el hielo lo envolvía.

RRRRRRROOOOOOOOAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRR.

El troll de hielo rugió con ferocidad como un desafió antes de saltar de su posición en los tejados alzaba el tótem sobre su cabeza golpeando el suelo mientras creaba una fuerte corriente de aire pero Kratos junto a Elizabeth no vieron afectados por las fuertes corrientes de aire.

Esa bestia es poderosa, no hay duda que nuestra oportunidad de demostrar la valía de nuestra Familia, Ais sabes que hacer. - dijo un pallum rubio a una joven de cabello y ojos dorados que asintió antes de saltar mientras la magia de viento la envolvió siendo notado por Kratos como Elizabeth que decidieron dejarla hacer lo que planeaba ya que tenía cosas más importantes que desperdiciar tiempo en una tonta pelea.

Pero en eso una sombra se cernió sobre la ciudad haciendo que todos los aventureros detuviera sus peleas antes que todos perdieran sus espíritus de pelea, en el cielo se podía ver la silueta de un Dragon negro conocido por todos como la Tercera Gran Misión, el Rey de los Cielos Dragon Negro de un solo ojo.

Pero en esa desesperación encontraron aceptación por lo que todos retomaron sus armas listos para pelear hasta el último aliento sabiendo que ni segundos van a durar pero no temerían antes que los magos comenzarán a llover hechizos y los arqueros flechas pero todo fue ignorado por el Dragon que solo rugió lanzando una fuerte llamarada color violeta mientras en la lejania todo era observado por Elizabrth y su familia.

¿Quién diría que la ciudad más importante de este mundo caería de la noche a la mañana? Que triste pero no podía esperar menos de las anomalías del Fimbulvetr. - dijo Elizabeth sabiendo que el gran invierno había debilitado la barrera que contenían al poderoso Dragon.

Mamá.... - dijo Atreus un poco nervioso llamando la atención de Elizabeth mientras Kratos escuchaba con su mirada en la batalla.

No vamos ayudar Atreus, por mucho que vivimos en la ciudad solo es eso un lugar que algún día desaparecería. - dijo Elizabeth antes de notar a una elfa de cabello rubio verdoso, pero ella con su aguda vista pudo ver un objeto que nunca pensó ver en otra persona.