Double trouble.

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"Fran... Fran... Frank"

Sebastián - Ponganlo en esa silla. — Dijo, a la vez que apuntaba con su bastón a la silla giratoria, sus secuaces obedecieron al instante. — Ay, este tipo realmente vino hasta aquí solo para ser noqueado, que patético... Aunque, se las arregló para lidiar con varios tipos, supongo que tenía una chispa de potencial.

— ¿Que quiere que hagamos con él?. — Hizo crujir sus nudillos.— Podemos sacarlo antes de que la policía llegué y darle un recordatorio de porque no debe meterse con la Gangbuk.

Sebastián - Suena bien, pero antes... — Buscó en los bolsillos del inconsciente Fran, allí encontró su billetera y pudo revisar sus credenciales. — Franklin Kranker... Mhm... ¿Kranker?. — Se quedó pensando unos segundos. — Me suena, ¿Alguno había escuchado el apellido Kranker antes?.

Todos los presentes negaron, definitivamente a Sebastián le sonaba de algo, quizá lo ha ia escuchado de alguno de los del equipo de contingencia pero no estaba seguro, de todos modos podría preguntarles después.

Fuera de las credenciales no había nada más que le interesará así que dejó todo de nuevo en los bolsillos de Fran.

— ¿Ahora sí?.

Sebastián - Claro, pueden llevárselo y asegúrese de entregarlo a la policía cuando terminen. — Le dió la espalda a todos para revisar cómo iba la situación en los demás pisos. — Tch... No pinta bien.

— Ya escucharon, ¡Levántenlo!.

Todo el grupo se acercó para cargar a Fran pero se detuvieron al ver cómo se iba levantando, lo hizo en silencio, sin mediar palabra con ninguno de ellos.

— Ah... Señor.

Sebastián - ¿Que quieren?. — Se giró nuevamente, fue cuando lo vió de pie, tras el golpe que recibió era imposible que reaccionara tan rápido. — ¿Que?...

[ ¿ . ?]

— Este mundo está mal, ¿No te parece?. 

No estaba seguro de que era pero podía escuchar algo goteando a la distancia, quizá era solo agua. De momento no podía ver nada, no había nada sobre su rostro pero se sentía cegado, como si tuviera una venda sobre los ojos.

La sensación en su cuerpo era rara, sentía frío en los dedos de las manos y pies pero su pecho ardía, estaba caliente y húmedo, como si le hubieran derramado agua caliente encima, también sentía el cansancio sobre su cuerpo, tenía mucho sueño y un sabor amargo en la boca.

— ¿Que está pasando?... — Preguntó débilmente, arrastraba algunas palabras pues hasta ahora se dió cuenta de que tenía la lengua adormecida, su vocabulario era torpe.

— Una tragedia. — Su voz resonó por el lugar, creando un eco molesto que pronto le causó dolor de cabeza.— Ese fue el detonante. 

Trató de moverse pero algo de lo impedía, no sentia nada atandolo pero aún así no podía levantarse, quizá solo era el cansancio o por otro lado, no era capaz de sentir las cadenas en sus muñecas, como sea dejó de intentarlo a los pocos segundos.

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