Orfanato.

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[Distrito Norte/Orfanato]

El pelirojo llegó en un taxi, en la entrada del lugar ya lo estaban esperando algunos encargados del lugar, era el momento del mes en el que Araziel traía jueguetes, comida, ropa y demás cosas que la iglesia había reunido para darle a los niños del orfanato.

Araziel - Buenas, buenas. — Bajó del coche, yendo directamente a la parte de atrás para sacar todas las cajas que había traído.

— Araziel, es bueno verte otra vez.

— ¿Que te pasó en la cara?, estás muy golpeado. — Los encargados y cuidadores de acercaron para ayudarle a llevar todo adentro.

Araziel - Ah... — Inventando excusa. — Tuve... Una discusión acalorada con un ateo(? 

— ¿Pero si está bien?.

Araziel - ¡Por supuesto! — Una vez sacaron todas las cajas el taxista siguió su camino. — ¿Ustedes cómo están?

— Las cosas han estado tranquilas por aquí, todo va bien.

Araziel - Que bueno. — No tardaron más de cinco minutos en llevar todo al interior, una vez dentro del lugar varios niños se le acercaron a Araziel para aprisionarlo en un abrazo. 

Sophie - ¡Tío Ara!.

Tadeo - ¡¿Que nos trajiste?!.

Mollie - ¡Tienes la cara golpeada! ¡¿Que te pasó?!.

— Niños, no griten, lo tienen a menos de un metro.

Araziel - Heh, me alegra verlos a todos de nuevo, niños. — Los cargó a todos, o mejor dicho a tantos como pudo para poder seguir caminando. — ¿Y Abrahel?.

— Ella tuvo que salir, tenía una reunión o algo así, volverá en la noche.

Era el saludo habitual de todos los meses así que el pelirojo ya estaba acostumbrado a ello. Cada que venía tenía que estar con todos los niños pegados a él y eso realmente no le molestaba, jugaba con ellos un par de horas y ayudaba en lo que podía antes de irse a trabajar. Está vez no sería diferente.

Al cabo de algunas de horas, Araziel hizo tanto como pudo y se quedó más de la cuenta así que seguramente llegaría tarde al trabajo, aunque no había mucho problema pues Faye no era muy estricta con los horarios.

Araziel - Bueno, ya me voy, ¡Nos vemos la siguiente semana!.

Sophie - ¡Adios tío Araziel! — Todos los niños se despidieron al mismo tiempo acompañado de un gesto de manos.

— Cuidese y trate de no pelearse.

— Tome mucha agua.

Araziel - Claro, claro. — También hizo un gesto de manos antes de salir del lugar. — Uuff, ya es algo tarde... — Dijo al revisar la hora en su teléfono. — Será mejor que me dé prisa.

Se subió la cremallera de la chaqueta pero fue entonces que notó la presencia de alguien, eso no le dió muy buena espina, disimuladamente miró hacia la calle de enfrente y vió a un encapuchado fumando, estaba viendo finalmente hacia el orfanato.

Araziel - Tch... — Marcó el número de su jefa. — Esto es extraño... — Buscó con la mirada pues tenía la sospecha de que habría más, lastimosamente tenía razón, pudo ver claramente a otros ocho esparcidos por toda la calle, todos vigilando el orfanato.

Faye - ¿Aló? ¿Donde andas?. — Finalmente respondió.

Araziel - Hola Faye, esto... Tengo un compromiso importante, no creo que pueda ir hoy, ¿Hay problema si te encargas de mis plantas?.

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