...Madre es la que te voy a partir

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"Estoy llegando al límite, sé que puedo seguir peleando muchas horas más... Pero la rabia que siento... No sé si pueda controlarla mucho más tiempo".

Aquella mujer avanzó rápido, sabía que estaba llega el tarde a la "fiesta" así que solo tocaba cruzar los dedos y rezar porque aún hubiera algo que hacer para ayudar. Lamentablemente se encontró con un escenario desalentador pues al pasar por la entrada lateral pudo ver a sus pequeños en el suelo, sangrando y heridos, no lo pensó mucho antes de abalanzarse hacia ellos para intentar socorrerlos.

Abrahel - No, no, no, no, no. — Rápidamente reunió a todos para revisarlos, sus heridas eran profundas pero aún estaban vivos. — ¡Mierda, mierda! ¡Esto no puede estar pasa-

Cry - A-Abra... — Aún herido y visiblemente adolorido seguía consciente, o al menos lo suficiente como para poder hablar un poco.— U-gh... Los niños siguen adentro, ese monstruo logró pasar... Lo siento, no pudim-

Abrahel - Está bien, ustedes hicieron lo mejor que pudieron, yo soy la que lamento haberlos puesto en esta situación, no pude encargarme de esto...

Cry - T-Tienes que ir por los niños...

Abrahel - No puedo dejarlos sol-

Cry - Estaremos bien... — Esbozó una pequeña sonrisita. — Esto no es nada, solo necesitamos algo de descanso... Recuerda que no criaste unas perras frágiles, ¿Verdad?... — El resto de hermanos solo pudo levantar el pulgar hacia arriba.

Abrahel - Ay, mis niños... — Sonrió al tiempo que se limpiaba una pequeña lágrima del rostro, luego dejó con cuidado a Cry en el suelo para después levantarse. — Si pueden vayan a un lugar más seguro, aquí están muy expuestos... — Hizo crujir su cuello. — Mientras, mamá irá a encargarse de la basura.

Sin nada más que decir, entró al edificio solo para encontrarse con un rastro de sangre, probablemente gotas que salían de la boca de Yackle por todos los pedazos de carne que había logrado arrancar en su pelea con el grupo de hermanos. Dicho rastro llevaba hacia unas escaleras de emergencia, había subido por allí.

En el piso superior, Yackle se movía entre habitaciones, buscando a los niños o cuidadores, sabía que estaban allí pues hasta ahora nadie había logrado abandonar el recinto.

Yackle - Tic Tac~ — Se asomó por la puerta de una habitación, dentro había peluches y camas desordenadas pero ningún indicio de lo que estaba buscando.— Vamos corderitos, salgan de su escondite. — Entonces escuchó un crujido al final del pasillo, detrás de una puerta metálica. — ¡Bingo!.

Sin pensarlo dos veces se fue hacia la puerta para darle un puñetazo que logró averiarla, tras el golpe una serie de gritos de infantes se escucharon del otro lado, definitivamente había dado con el premio gordo, era el escondite.

Yackle - ¡Al fin los tengo!. — La puerta iba cediendo cada vez más tras los puñetazos del gigante, quien no tenía ninguna intención de detenerse. — ¡Salgan a jugar!. — El siguiente golpe logró tumbar la puerta abajo, allí vio un montón de niños agazapados además de los cuidadores quienes hacían de muro para protegerlos.

— V-V-Vas a... Tener que pasar... Encima de nosotros... P-p-primero...

Yackle - Ahora dilo sin cagarte en los pantalones. — Intentó taclear a los cuidadores pero algo lo jaló del cabello haciéndolo retroceder.— ¿Ah?.

Abrahel - ¿Por que no mejor te metes con alguien de tu tamaño?. — Haciendo algo de fuerza logró aventarlo hacia el otro lado de la habitación. — Debo asumir que fuiste tú quien se dió un festín con mis adorables niños...

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