Unfair.

Antecedentes: Marshall Leeheon

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Gun - Aún me falta información. — Se acomodó los lentes. — Quemó la secundaria, okay pero ¿Cómo se hizo con el control del Tártaro?. Las personas suelen hacere de algún lugar con dinero o fuerza, Marshall no parecia tener nada de eso y además, era Yackle el antiguo jefe de la prisión, ¿Cómo le hizo para pasar por encima de ese neandertal?.

Eclipse - También me quedé sorprendido cuando ví como los demás agachaban la cabeza frente a ese enano. — Una sonrisita se asomó en sus labios al recordarlo. — ¿Sabes? El cabron hasta ahora no aprendió ningún arte marcial ni usa armas.

Gun - Eso es imposible.

Eclipse - Creo que es mejor así, tampoco lo necesita. "No tengo que ser más fuerte que tú, solo tengo que ganarte", eso fue lo que me dijo aquella vez. — Se le escapó una risita divertida. — Pero tiene un par de cosas que puede usar a su favor, después de todo el maltrato que sufrió su umbral del dolor creció exageradamente y el que sea tan flexible también es un factor importante.

[Días de secundaria Generación 2.5/Tártaro]

Su sentencia en el reclusorio para menores había llegado a su fin, pero su libertad estaba lejos de ser alcanzada pues aún le quedaban muchos años en la prisión, el Tártaro. Un infierno dónde solo tú podías cuidarte la espalda porque nadie más lo haría, ese sitio estaba repleto de personas peligrosas...

Eso le venía de maravilla al pelinegro.

Dicen que las primeras impresiones son importantes y vaya que Marshall causó una muy grande, pues no fue escoltado esposado hasta su celda como con los demás, al el lo tuvieron que llevar varios guardas dentro de una caja metálica y si fuera poco, llevaba una mordaza para hacer juego con su camisa de fuerza.

— ¿Quien es el nuevo?.

— No lo sé, pero escuché que está aquí por quemar una escuela.

— ¿No deberían haberlo llevado a una institución mental?.

— Mejor dejémoslo de lado, parece peligroso.

— No se preocupen, seguro los de mayor rango se encargarán de enseñarle cómo funcionan las cosas aquí.

Y así fue, los de mayor rango aparecieron en la celda de Marshall ese mismo día, quien diría que en el futuro se convertirían en su equipo de asalto.

Dante - Miren que tenemos aquí. — Pasó su mano por los barrotes. — Hola, enano. — Media cerca de unos dos metros y los tatuajes en su cara similares a los de una secta le daban ese aire peligroso.

Jayce - ¿Estás ahí?. — Se paró al lado de su compañero, eran casi del mismo tamaño pero él era algo mas delgado. — ¿Estás sordo?.

Rio - ¿No ven que lo están asustando?. — Soltó una risita juguetona, este estaba hasta atrás de todos pero apenas se veía por su tamaño. — Déjenme cinco minutos con él y les aseguro que estará gritando~

Akira - No te lo vas a coger, al menos no todavía. — Este estaba a un lado, vigilando por si venían los guardias.

Juux - Dejen que me encargue. — El peli carmesí abrió la celda acercándose a Marshall, quien estaba dándoles la espalda. — Oye, ya nos enteramos de que hiciste, si que estás demente pero no por eso te creas la gran verga, aquí hay una jerarquía que seguir. — Pisó su mano en el hombro de Marshall y apretó con fuerza.