[Distrito Norte/Orfanato].
La mayoría ya se encontraba en los pisos superiores, cuidando y tratando de calmar a los más pequeños pues podía escucharse mucho ruido afuera, en la planta principal de podía oír con más claridad como las puertas trataban de ser forzadas y las ventanas cedían por las docenas de piedras que eran arrojadas. Ahora mismo era solo el pelirojo quien se encontraba allí, esperando a que las puertas fueran abiertas por la fuerza.
Araziel - Últimamente parece que los problemas nos siguen, puede que lo hayamos provocado o solo sea la suerte de mierda que tenemos... — Se quitó la chaqueta para luego envolverla al rededor de su brazo izquierdo. — No, seguro es la suerte... Siempre fue así, Incluso cuando éramos unos mocosos.
En un estado mejor y acompañado de Jin esto seguramente sería pan comido pero ahora, estando solo y sin haberse recuperado seguro se le complicaría más, la situación era desventajoso no importaba como de le viera, pues ni siquiera sabía cuántos eran los que estaban afuera, aún así... Huir no era una opción que fuera a tomar.
Araziel - Pero... Quejarse no sirve de nada. — Dijo haciendo la señal de la cruz con su mano derecha. — Solo podemos aceptar nuestra realidad.
Las puertas finalmente cedieron antes todo el daño recibido, abriendose de golpe y dejando entrar a los prisioneros del Tártaro, como si de una represa rota se tratase. Todos entraron desesperados por causar destrozos así que no dudaron en lanzarse contra lo primero que vieron que para este momento se trataba de Araziel.
Aunque, por otro lado, el recibimiento que tuvieron fue con el mismo grado de agresividad pues Araziel sabía perfectamente que conversar con ellos sería inutil, así que un puñetazo mandó a dormir al primero de ellos, los demás corrieron con una suerte similar ya que con ayuda de un palo que tenía preparado previamente, los golpeó con brutalidad.
Araziel - ¿No les parece muy bajo atacar el hogar de unos niños inocentes?. — Atrapó a uno más, a quien conectó un potente cabezazo, sacándole un par de dientes y dejándolo fuera de combate.
— ¿Quien carajos es el rojito?... — Decidieron tomar algo de distancia al percatarse de que el pelirojo no era alguien con quién debían ir a la ligera.
— Lo... ¡Lo conozco!. Es parte de ese grupo que causó un desastre en el Sur.
— Es cierto... Es uno de los cabrones que de enfrentó a los angeles de Shamziel y los perros de Gangbuk.
— El demonio carmesí... Tengan cuidado.
Araziel - Ah... (No sabía que ya tenía una reputación .-.)
De a poco iban entrando más, y se podía escuchar las demás puertas aún siendo atacadas así que no podía perder tiempo, si dejaba que se acumularán la situación solo se complicaría más, debía aprovechar ahora que ellos eran de un número aún manejable.
Consciente de ello, el pelirojo volvió al ataque, usando todo el arsenal del que disponía, puños, codos, patadas, cabezazos, rodillazos, mordiendo y arañando si era necesario, esto no era un ring o una competencia así que no era necesario jugar limpio, de todos modos ellos tampoco lo harían.
Pero, aunque no lo sintiera, su cuerpo aún herido se iba desgastando rápidamente, la energía que tenía no era infinita y al irse agitando, su cuerpo se veía afectado moviéndose cada vez más lento. Sus ataques iban perdiendo potencia a cada segundo mientras que el número de enemigos solo iba en aumento.
Araziel - ¡¿Por qué carajos siguen apareciendo tantos?!. — Retrocedió hasta una maceta con una planta que trató de aventar hacia ellos pero se detuvo bruscamente. — Uy no, una planta no. — Dejó en su lugar la maceta para luego recoger una botella de vidrio la cual si arrojó hacia los prisioneros.
La pelea continúo, con Araziel siendo presionando cada vez más, sus movimientos lentos fueron los causantes de que recibiera un golpe contundente en la cabeza, propinado por un bate metálico, eso fue suficiente para mandarlo al suelo, quedando boca abajo.
— U-gh... Al fin... — Balanceó el bate sobre la cabeza de Araziel a modo de burla. — Pues no estuvo tan difícil, los del distrito Sur son unos debiluchos jaja.
— Sigamos. — Decidieron seguir su camino escaleras arriba, pero el primero en dar un paso por las escaleras fue tacleado ferozmente por Araziel, quien se había levantado milagrosamente.— A-g...
Araziel - N-No pensaron... — Tomó algo de aire mientras de limpiaba la sangre que caía por su rostro gracias a la herida que tenía en la cabeza.— Que eso de verdad me tunbaria... ¡Van a necesitar cien más como esos!.
— Tch... Eres un hijo de puta muy resistente...
Araziel - S-Si... (Aunque no soy una muralla como Jin parece que hoy tendré que hacer de escudo para todos esos niños...) — Hizo crujir su cuello. — ¿Que esperan?. ¡Adelante, vengan por mi!.
No tenía que decirlo dos veces, los prisioneros se lanzaron contra Araziel nuevamente.
[Meanwhile]
El par finalmente había llegado al orfanato, siguiendo las indicaciones del niño pudieron dar con la puerta trasera del lugar aunque adentro ya se escuchaba un fuerte escándalo.
— ¿Q-Que está pasando adentro?... — Preguntó el atemorizado niño.
Nero - No tengo idea, pero quizá sea mejor que no entres. — El niño se quedó en silencio unos segundos para después negar con la cabeza y bajar de los hombros del músculoso hombre. — Bueno, si vas a hacerlo al menos vé directo con los cuidadores, deben estar preocupados por ti.
— ¡S-Si! ¡Gracias por traerme, señor!. —El infante se apresuró a entrar, Nero esperó unos segundos para después tratar de seguirlo aunque fue Shamziel quien lo retuvo, acorralandolo contra un muro.
Nero - ¿Esta es la parte donde nos besamos?.
Shamziel - Quieto. ¿¡Que crees que haces!?.
Nero - ¿No es obvio? Voy a entrar.
Shamziel - ¿Por qué?.
Nero - Porque suena a qué hay una pelea allí dentro.
Shamziel - Pelea que no es de nuestra incumbencia, te recuerdo que estamos aquí solo para informar de la situación, ahora mismo estamos viniendo de parte de casa blanca y meternos en un conflicto entre distritos esta completamente prohibido, nos meteras en problemas.
Nero - No te estoy obligando a seguirme.
Shamziel - ¡Da igual si vas solo! ¡Nos mandaron juntos así que también me meteras en problemas!. — Suspiró frustrado. — Ni siquiera los conoces, ¿Por qué quieres ayudarlos?.
Nero - Todos tienen sus motivos, Shampoo.
Shamziel - Deja de llamarme así... — Gruñó y tras unos segundos se separó, quitándose el saco, la corbata y la camisa. — Quitatelos tu también.
Nero - Me halagas pero solo te veo como un amigo.
Shamziel - ¡Quítate el traje! Si vamos a entrar será mejor que no nos vean con los trajes de casa blanca, también debemos buscar algo con lo que cubrirnos la cara, a la vuelta había una tienda de disfraces, solo tomemos unas máscaras baratas y sigamos a tus estúpidos impulsos de querer hacer lo correcto.
Nero - Graci-
Shamziel - ¡Shhhh! ¡Callate y date prisa!.
Nero - Bueno pero no me grites porque soy sensible.
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Editora y co-escritora Lily_Am
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Unfair.
Action"El deseo natural de cada peleador siempre será el mismo, alzarse por sobre los demás, proclamándose dueño de la cima". ¿Talento natural? ¿Esfuerzo y trabajo duro? ¿Suerte y determinación? ¿Dinero e influencias?. No importa como llegues, una vez en...