I
Disculpad la mala educación, no me he presentado. Me llamo... bueno, quizás es mejor no desvelar mi nombre, al menos... no todavía. Ya sabéis lo que dicen "un escritor nunca desvela sus trucos", ¿o eso eran los magos? Da lo mismo, porque chicos... aquí estamos, en Storybrooke. El lugar donde el amor todo lo puede, donde la magia brota sin freno, donde la familia se protege ante todo, donde los sueños pueden cumplirse, donde los enemigos se pueden reconciliar, donde hasta lo más sorprendente puede suceder...
Mr. Gold se encontraba, aquella mañana, tranquilamente detrás de su mostrador, organizando sus finanzas y más sonriente que nunca por haber recuperado al amor de su vida, por haber descubierto que nunca estuvo muerta, solo encerrada. Eso fue, al menos, hasta que un manojo de cabellos dorados ingresó en su tienda de forma drástica y agresiva.
"¡Gold, quiero un bebé!"
"Buenos días a usted también, Miss Swan" respondió el hombre con aires de suficiencia. "¿Qué puedo hacer por usted que implique el nacimiento de una criatura?" preguntó sarcástico, con un rictus de superioridad en los labios y la mirada.
"Lo digo enserio, quiero un bebé y necesito su ayuda" repitió la rubia, apoyando ambas manos sobre el mostrador tras el cual se encontraba el usurero.
"Vaya... esta situación me resulta extrañamente familiar" siseó el hombre, acompañando la frase con una risa entre dientes.
El día que Regina le pidió que le ayudara con la adopción de Henry se produjo una situación similar, supuso que esas dos mujeres no serían tan distintas al fin y al cabo. No obstante, Emma prefirió ignorar las pullas del hechicero e ir al grano, quería pasar el menor tiempo posible en esa estancia, aunque tampoco le hacía gracia regresar al apartamento que compartía con su recién descubierta madre biológica.
"Mire, no soy experta en magia, es más, acabo de descubrirla, pero usted lo es y estuve pensando que... quizás... era posible crear un bebé con... con magia" terminó confesando, rascándose nerviosamente la nuca.
"Bueno, eso es, efectivamente, cierto y posible, ¿pero qué clase de hechizo busca? ¿no prefiere hacerlo a la vieja usanza? ¿o, quién sabe, adoptar quizás?" preguntó, esta vez, más curioso que profesional.
"Eso no es asunto suyo, lo que busco es un hijo que sea puramente mío, que solo tenga mis genes, nadie más. ¿Es eso posible? ¿Hay algo que lo explique en alguno de sus librejos viejos?"
Rumple soltó una pequeña risa ante la desesperada actitud de Emma, por alguna razón quería más que nada un hijo propio, aunque ya tenía uno. Ahora bien, pensándolo con lógica, Henry no era únicamente suyo, tenía los genes de Emma, junto con los del padre biológico y, para colmo, la custodia pertenecía a Regina. La situación era complicada, eso tenía que dárselo.
"Si se me permite preguntar, ¿por qué desea un hijo que no comparta ADN con otro individuo, con un hombre a ser precisos?" cuestionó el mago.
"¿Si se lo digo se dejará de rodeos y me hablará de las posibilidades?" se quejó una impaciente sheriff y, tras recibir un gesto de afirmación de Gold, prosiguió. "Principalmente, quiero otro hijo porque, aunque amo a Henry con todo mi corazón, siento que me he perdido la época más importante de su vida, quiero intentarlo con un segundo y estar ahí para él o ella. Por otro lado, quiero que sea solo mío, he vivido en primera persona la situación de Regina, ella creía que iba a ser la única madre de Henry, pero yo llegué para arrebatárselo. No quiero vivir eso, no quiero quedar embarazada mediante donación de esperma y que en cualquier momento ese hombre pueda venir a reclamar a mi bebé"
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9 meses por delante [SwanQueen]
FanfictionPoco después de que se rompa la temible maldición de la Reina Malvada, una inusual situación obligará a Emma Swan y Regina Mills a acercarse. Una alcaldesa. Una sheriff. Un embarazo. Y 9 meses por delante. Aquí puede pasar de todo. PD: Ninguno de lo...