Buenas noches, Emma

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I

Llegaron a la Gran Manzana a las 21:00pm de la noche. Debido a su evidente estado de cansancio y apetito, Rumplestiltskin había pedido toda la comida para llevar y, tras conseguirles rápidamente alojamiento en esa gran ciudad, se dirigieron a su hotel. La distribución de las habitaciones fue sencilla. Snow White y David Nolan, naturalmente, compartieron una suite. Mientras que los demás, como es lógico, se dividieron en hombres y mujeres. Henry con Mr. Gold y Regina con Emma.

El joven se molestó ligeramente por tener que compartir estancia con el que acababa de descubrir cómo su abuelo, pero, debido a lo tarde que habían llegado a Nueva York y la urgencia con la que buscaban estancia, no podían ser demasiado exigentes con el hotel. Simplemente, tenían llenas las habitaciones familiares. Cualquier combinación que supusiera a Henry durmiendo con una de sus madres y la otra con Rumplestiltskin iba a ser de lo más incómodo.

Regina Mills salió de la ducha de la habitación con la melena azabache mojada y reluciente y envuelta en el blanco albornoz que proporcionaba el hotel. Emma, con la dorada melena empapada también y su pijama a base de un sujetador deportivo de la misma tonalidad de rojo que su cazadora y unos shorts holgados negros, se encontraba sentada en la cama sirviendo la comida que habían pedido en unos platos de plástico.

"Sé que no es lo más adecuado para una reina" murmuró Emma concentrada en la repartición, quería asegurarse de que el plato de Regina tuviera más comida que el suyo propio, pero sin que la morena se diera cuenta.

"Es perfecto" respondió ella, sentándose al lado de la rubia. "Buena elección" dijo Regina satisfecha al observar que habían pedido comida mexicana.

No solía comerla, por mucho que Henry insistiera, pero lo cierto era que le agradaba bastante.

"Le pedí a Rumple que nos cogiera esto, por lo que veo he acertado" sonrió alegremente Emma, tendiéndole un plato cargado de manjares típicos del lugar.

En realidad, la elección de Emma no había sido, en absoluto, coincidencia. La noche que los tres pidieron una pizza, la rubia se fijó en las elecciones de Regina. Tenía una clara referencia por la pizza de pepperoni, por encima de la de queso. Supuso que sería por el embarazo, el picante es uno de los antojos más comunes. Por eso mismo, la sheriff pidió a Rumple que escogiera lo más picante que tenía el restaurante, sabía que Regina sería demasiado vergonzosa para pedirlo ella misma, así que tomó la decisión en su lugar.

La reina dio su primer mordisco a la comida. Lo hizo inconscientemente y por inercia, por lo que, a los pocos segundos de haber tragado la porción, sus mejillas se tornaron de un potente color rojo.

"Pica" balbuceó a duras penas, abriendo la boca ligeramente y ventilando su interior con las manos.

Emma Swan rio ante la imagen y le tendió rápidamente un vaso de agua. La alcaldesa lo tomó entre las manos y lo ingirió por completo. Emma jamás hubiera pensado que el pique fuera a afectar a Regina de tal manera, la creía más resistente. Quizás debería haberla advertido antes de dejarla tomar el primer bocado, sin embargo, no se arrepentía de verla de esa forma. Tan vulnerable, tan natural. Por fin veía a la mujer detrás de la reina, a la madre detrás de la fría e impasible alcaldesa.

"Debí haberte avisado" se burló la sheriff con una fuerte risa.

"No tiene gracia" musitó Regina con dificultad, su boca todavía ardía.

"Creía que eras más resistente al picante" continuó riendo Emma.

"Siempre es igual contigo" bromeó Regina bebiendo un nuevo sorbo de agua. "Creías que tenía más fuerza y me tiraste al suelo practicando espada y ahora creías que tenía más resistencia y me has incendiado la boca"

9 meses por delante [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora