9 meses por delante [SwanQueen]

Epílogo: Nos vemos en otra vida

I

A los pocos días, cuando Regina Mills se hubo recuperado completamente del parto, la urna de la baby shower fue abierta y todas aquellas personas que apostaron que el bebé sería una niña fueron invitados a Granny's por Emma Swan. No hace falta mencionar que, aparte, ahora la rubia debía servir a Regina durante una semana por haber perdido la apuesta. No obstante, a pesar de que Emma cumplía las órdenes de su chica casi sin rechistar, a ratos se quejaba afirmando que llevaba 9 meses cumpliendo los caprichos de la reina. A lo que Regina entonces le respondía que no le iba de una semana más.

En la cafetería no había habitante de Storybrooke que no quisiera sujetar a la niña en brazos, todos fueron a verla, resaltaron el parecido con su madre biológica y le trajeron regalos. El ambiente era muy cómodo y familiar y, entre toda aquella multitud, Emma y Regina no podían más que sentirse muy aceptadas.

La sheriff se percató que, al cabo de un rato, al igual que la tarde de la baby shower, Regina se había apartado ligeramente de la multitud. Snow y Charming estaban hablando con Granny y Archie, los enanitos tomaban shots en la barra con Whale, Rumple y Belle entretenían a la pequeña Daniela cantándole nanas y balanceando su carrito y Henry daba vueltas por la cafetería hablando con todos. No obstante, Regina Mills se encontraba sentada sola, en una de las mesas, con la mirada algo ausente. Emma se acercó a ella, se sentó a su lado y con una sonrisa la rodeó por la cintura.

"¿Todo bien, amor?"

"Hm" respondió con una sonrisa algo forzada y, acto seguido, se recolocó incómoda en su asiento. "Solo me duelen un poco los pechos, desde hace ya unos días..." se quejó con una mueca de angustia.

"Creo que es hora de que empieces a amamantar, cariño"

"¿Amamantar? No, pero... no hace falta. Compré biberones y a Daniela le van bien" explicó. "Es lo que hice con Henry"

"Lo sé, pero con Henry tu cuerpo no estaba pasando por un postparto"

"¿Qué quieres decir?"

"Pues que el cuerpo de una mujer, después de dar a luz, genera leche materna de forma automática. Si no la sacas los senos se hinchan y duelen" informó Emma cogiéndola de la mano. "Te lo digo por experiencia, a mí me dolían tanto que una vez tuve que ir a la enfermería de la cárcel"

"Pero esto ya lo hablamos, yo no quiero dar el pecho... no sé cómo se hace"

"Yo tampoco" se encogió de hombros, con una sonrisa de complicidad. "Pero todo es aprender" dijo tendiéndole la mano.

"¿Ahora?"

"Ahora" confirmó y Regina cogió su mano. Emma tiró de ella para ayudar a su novia a ponerse en pie y se acercaron despacio a la pareja Gold. "Buenas" sonrió la rubia. "¿Os importa si os robamos a Daniela un ratito?"

Mr. Gold alzó la vista de su nieta a las dos mujeres delante de él y sonrió. No podía decirles que no. Por mucho que quisiera pasar cada segundo de su día con aquella preciosa criatura de ojos azules, ellas eran sus madres. La pareja se despidió de Daniela y se la ofrecieron a las chicas, quienes, disimuladamente, caminaron hacia la parte trasera del local en la que se encontraban los baños.

"Sabes que puedes amamantar en público, ¿verdad?" murmuró Emma. "No es nada de lo que avergonzarse y es completamente natural"

"Lo sé, pero prefiero que no. Primero porque todavía no tengo práctica suficiente como para hacer eso sin sentirme estúpida y segundo porque me da vergüenza. ¿Acaso no me conoces?"

"Te conozco de sobras, por eso te he traído aquí, pero te lo decía por si cambiabas de opinión"

"No voy a cambiar de opinión"