Y el lobo, por siempre, a Caperucita temió

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I

"Henry, ¿dónde te has metido?"

La femenina voz de Ruby sonaba con eco por toda la mansión. Había perdido de vista a Henry por estar usando el móvil y ahora temía que el chico se le hubiera escapado o, peor, se hubiera herido. Bajó de la planta superior al comedor y, al no encontrarlo allí tampoco, entró a la cocina.

"Con que aquí estabas" dijo con un suspiro de alivio mientras observaba a Henry con medio cuerpo metido en la nevera.

"Tengo hambre" dijo sin más el chico, cerrando la nevera y abriendo el congelador.

"¿Quieres que te cocine algo?" preguntó la morena. "Nadie hace sándwiches como yo en Granny's, ya lo sabes" presumió orgullosa. "Hago una lasaña de espinacas para morirse"

Curiosa elección de palabras...

"¡Ew!" exclamó Henry. "¿Quién en su sano juicio comería lasaña de espinacas?"

A Ruby le bailó la risa en los ojos ante tal pregunta, pero lo ocultó como pudo y respondió.

"Te sorprendería"

A continuación, Henry cerró el refrigerador con un helado de chocolate en la mano y se encaminó hacia el comedor con Ruby.

"Mamá compra estos helados para Emma, aunque no lo admita, pero yo siempre le robo alguno" explicó Henry con una sonrisilla.

Ambos se sentaron en el sofá de la estancia y encendieron la televisión, pero el volumen de esta era realmente bajo para que los dos pudieran mantener una conversación sin interrupciones.

"¿Qué le ha pasado a Regina exactamente?" preguntó Ruby curiosa, con los ojos bastante abiertos. "A Emma no le ha dado tiempo a explicarme nada, estaba completamente alterada"

"No lo sé" se encogió de hombros Henry. "Estábamos en el jardín tranquilamente y de repente empezó a sangrar y se desmayó" el chico empezó su helado. "¿Estará bien no?" dijo con la boca llena de chocolate.

"Supongo" respondió la loba sin más. "¿Sangraba dices?"

"Sí, de ahí abajo" explicó Henry sin mucho detalle.

"Qué extraño, tenía entendido que su embarazo iba bastante bien"

"A lo mejor ha sido por algo que ha comido" formuló Henry. "Cuando como mucho chocolate yo también me pongo malo" la sonrisa bajo la nariz era palpable en el rostro del niño, acababa de terminarse el helado que, evidentemente, tenía prohibido comer.

"¿Por qué crees eso?" cuestionó la chica.

"No sé" movió su cabeza en señal de indiferencia. "Emma siempre está hablando de lo importante que es la alimentación de la madre durante el embarazo, no se calla con los libros de maternidad"

"Esa es Emma" rio Ruby, que conocía de sobras las obsesiones de su amiga y cómo cuando algo se le metía en la cabeza no había forma de detenerla.

"Lo que pasa es que mamá no ha comido en casa estos días, además no tiene alergias ni intolerancias" musitó el chico. "Así que no sé qué puede haber pasado"

Los párpados ya abiertos de Ruby se expandieron mucho más, ahora abría los ojos desorbitadamente y sus pupilas habían aumentado de tamaño, como si se le acabara de ocurrir una idea brillante. Sin embargo, era todo lo contrario, acababa de llegar a una conclusión inesperada y no pudo evitar estallar en una carcajada espeluznante.

"¡Qué imbécil soy!" rio la joven sin parar. "Soy absolutamente idiota" continuó diciendo, tratando de calmar su risa nerviosa.

"¿Qué te pasa?" preguntó Henry mirando a la mujer y dándose cuenta de que su expresión facial había cambiado por completo.

9 meses por delante [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora