9 meses por delante [SwanQueen]

Seguir al conejo blanco

I

Puntuales cuál conejo blanco de Alicia, los Charming, la familia Swan Mills y Rumplestiltskin se presentaron en la línea de la ciudad a las 16:00pm de la tarde. No eran los únicos. Algunos habitantes de Storybrooke habían hecho acto de presencia en el lugar para despedirlos y desearles, en la misma medida, un buen viaje y mucha suerte. Entre ellos estaba el Dr. Whale, que hablaba largo y tendido con Regina Mills, con quien resulta que se lleva sorprendentemente bien después de sus infinitas visitas a su hospital. También había ido a mostrar su apoyo Archie Hopper, que se despedía de la rubia y su hijo con una sonrisa. Finalmente, Granny hablaba con unos desesperados Snow y Charming que no sabían cómo consolarla. La mujer no había dejado de llorar desde que la noticia sobre su nieta llegó a ella. Se había roto por completo al conocer las perversidades de la mente de la joven que ella creía perfecta y, a causa de eso, algo dentro de ella se rompió. Podría que decirse que, de alguna forma, eso sucedió literalmente, puesto que tras la marcha de Ruby la abuelita fue ingresada unas horas por un leve problema de salud focalizado en el corazón.

Pobre Granny, no se lo merecía...

Tras aguardar unos largos 15 minutos apoyado en la puerta de su coche, Rumplestiltskin caminó hacia Regina y el médico para intervenir en esa conversación. Llevaban hablando tanto rato y de tantas cosas que, probablemente, la morena habría olvidado que estaban ahí por una razón en concreto: rescatar a Belle.

"Mr. Gold" le saludó Whale en cuanto le vio acercarse. "Me alegra verle en pie de nuevo, nos dio un buen susto"

"Es difícil sacarme del medio" respondió el hombre.

"Sabe, justo le estaba hablando a Regina de aquella vez que nos vimos todos en el Bosque Encantado con Jefferson" comentó el doctor. "Lo recuerda, ¿no? Usted me consiguió un corazón para resucitar a mi hermano"

"Efectivamente lo recuerdo" respondió Rumple. "No funcionó" añadió con una sonrisa traviesa.

"Soy plenamente consciente de ello" contestó Frankenstein algo resentido todavía. "Ese día me obligó a decirle que la ciencia nunca superaría la magia"

"Whale..." musitó Regina dándole un sutil golpe con el codo, quería detener ese pequeño duelo de titanes antes de que llegara a más.

"No te preocupes, Regina" la tranquilizó su padre. "Lo que Víctor quiere decir es que le pedí que admitiera que necesitaba la magia... y lo hizo" volvió a sonreír victorioso.

"Sí, lo hice sí..." suspiró Whale, pero luego retomó ese rictus condescendiente tan característico de su rostro. "Aunque me parece curioso, en realidad" Regina y Rumple le miraron con más afán. "Usted se presentó en mi hospital al borde de la muerte" dijo con normalidad. "Se desmayó nada más llegar y estaba destrozado por dentro, ese veneno estaba acabando con usted"

"Soy perfectamente consciente de en qué estado me encontraba"

"Pues eso" se encogió de hombros el médico. "Que me parece singular que no acudiera a la magia"

"Oh, pero sí lo hizo" intervino Regina. "Probó todos los hechizos y pociones a su disposi..." la mujer fue descendiendo el tono de voz hasta dejar la oración sin terminar cuando advirtió la inquisitiva mirada que le transmitía su padre. "Oh" dijo al darse cuenta. "Lo siento" vocalizó solo para Rumple, pero sabía que ya había metido la pata.

"¿Tiene algo que decir, Mr. Gold?" Whale dirigió su mirada al hechicero y este sonrió sin gracia.

"Lo diré solo porque usted me salvó la vida y porque parece estar tratando muy bien el embarazo de mi hija" formuló el Dark One. "Admito, Dr. Whale, que yo necesito la ciencia y la medicina tanto como usted la magia"