Lo que aconteció a Regina

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I

Dos semanas después de lo sucedido, Emma no había vuelto a pisar el apartamento de sus padres. Estaba tan cabreada por su comportamiento que había decidido retirarles la palabra hasta que estuviera convencida de que el hechizo había funcionado, si no era así, la rubia no pensaba mantener una relación con ellos en mucho mucho tiempo. Estos pensamientos pillaron a Emma desprevenida cuando, sentada tras su mesa en la comisaría, recibió un mensaje de Ruby. No es como si no hubiera hablado con su amiga los últimos 14 días, pero habían obviado hablar del tema embarazo hasta que la morena no fuera a realizarse un test. Esa mañana, la camarera había informado a Emma de que no sólo iba a comprar alguno, sino que se los iba a hacer ese mismo día.

Ahora, la sheriff se encontraba moviendo su pierna arriba y abajo de forma desenfrenada, sujetando su teléfono móvil en sus temblorosas manos e incapaz de entrar al chat de su amiga para descubrir la respuesta a su pregunta. Si la respuesta era "sí", si Ruby había quedado embarazada de Emma, ese iba a ser el día más feliz de su vida, juntamente con el nacimiento del nuevo bebé y el de Henry. Sin embargo, si la respuesta era "no", si la morena daba negativo en los tres tests que había comprado, Emma iba a estar devastada.

La rubia había vivido una vida de autocontrol de sus emociones absoluto, nunca se había permitido llorar, nunca se había consentido sentir nada que pudiera alejarla de sus objetivos, que pudiera hacerla sentir débil o vulnerable. Ella siempre se había tragado sus sentimientos y los había usado para sentirse fuerte, para seguir adelante. No obstante, nunca se había enfrentado a algo semejante. Nunca había deseado algo con tantas ganas, con todas sus fuerzas, nunca había deseado algo tanto que un simple "no" pudiera destruirla emocionalmente en cuestión de segundos.

La sheriff inhaló con fuerza una gran bocanada de aire y, acto seguido, soltó un suspiro que le permitió liberar sus pulmones de todo el oxígeno que contenían. Cerró los ojos y volvió a abrirlos, lista para entrar al chat de la morena y resolver la duda que le había estado creando un nudo en el estómago desde que lanzó el conjuro.

"Lo siento, Em. Todos son negativos, he ido hasta al hospital para hacerme un análisis que lo comprobara. Lo lamento muchísimo, sé que esto era importante para ti. Si necesitas hablar sabes dónde encontrarme. -Rubs"

Emma se dejó caer hacia atrás en la silla, su teléfono se le resbaló de las manos y cayó sobre su falda y su mirada quedó fija en las rejas de las celdas. Estaba tan quieta y tan inmóvil que parecía que no respirara. Su corazón, en vez de bombear a toda velocidad, se sentía sospechosamente lento. Emma se había llevado la mayor decepción de su vida... o eso creía. Justo a tiempo para despertarla de su viaje astral, su móvil comenzó a sonar. Los primeros segundos de llamada ni siquiera se movió de su posición, no se sentía con fuerzas ni ganas de responder a absolutamente nadie, pero luego recordó que era la sheriff y que literalmente las vidas de los ciudadanos de Storybrooke dependían ahora de ella.

La rubia dejó caer su brazo en su regazo y, con poca energía, palpó sus muslos para localizar su teléfono. Cuando lo encontró, se lo llevó al oído sin siquiera leer el nombre de la persona que contactaba con ella, su mirada seguía centrada única y exclusivamente en las barras de esas dos celdas delante de ella. ¿Siempre habían estado tan roñosas? Ese pueblo solo tenía 28 años, sin embargo todo parecía que hubiera pertenecido a la Tierra durante por lo menos dos siglos.

"Sheriff Swan" formuló la rubia cuando descolgó la llamada.

"Buenos días, sheriff" respondió una voz masculina que le costó tiempo reconocer. "Soy el Dr. Whale, la llamo desde el hospital"

En ese momento las alertas de Emma se activaron, se limpió rápidamente la fugaz lágrima que se había escapado de su lagrimal derecho y contestó al hombre. No tener un hijo biológico ahora mismo no sonaba como algo tan preocupante, la posibilidad de que algo le hubiera sucedido a sus seres queridos sí lo era.

9 meses por delante [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora