I
Los aires se calmaron en Storybrooke. Emma Swan, como sheriff de la ciudad, dio una exclusiva al diario de Sidney para desmentir todas las acusaciones que se habían hecho contra la alcaldesa y, gracias a eso, la noticia no tuvo más trascendencia. Regina Mills estaba entrando en la semana 21 de embarazo, lo cuál significaba que estaba de algo más de cinco meses y se acercaba peligrosamente al tercer trimestre. La mudanza al 108 de Mifflin Street había hecho mucho bien a la familia Swan Mills. Henry parecía más alegre y estaba mucho más concentrado en sus labores escolares de lo que había estado en todo el año. Emma había recuperado su característica sonrisa y, sobre todo, la intimidad que había perdido al convivir con los Charming. Regina Mills, por su parte, se iba adaptando. Le estaba costando acostumbrarse nuevamente a una vida sin alcohol que la amparara del sufrimiento y, en más de una ocasión, se había visto obligada a buscar refugio en brazos de la rubia. Las madres de Henry habían empezado una relación oficial, aunque habían acordado ir despacio, y, por el momento, todo parecía estar funcionando. La Salvadora no cabía en el cuerpo de la alegría que sentía al ver el vientre de Regina crecer día tras día, ahora ya era un bulto más que evidente y Emma se pasaba los días hablando con la pequeña criatura que lo habitaba.
Esa soleada mañana, Emma Swan se encontraba haciendo ejercicio bajo los curiosos ojos de Regina Mills. Vestía una camiseta gris de tirantes, que dejaba a la vista sus esculpidos brazos, y unos pantalones de tenis azul cielo. Su cabello estaba recogido en una despeinada cola de caballo rubia y todo su cuerpo transpiraba sudor. La sheriff saltaba a la comba, corría alrededor del patio y usaba las mancuernas. Todo mientras Regina leía, o fingía leer, el periódico de aquella mañana. La Salvadora captó las miradas de reojo de su chica y soltó las pequeñas pesas sobre el césped, para picarla un poco.
"¿Le gusta lo que ve, su Majestad?"
Regina simuló levantar la vista del diario y tragó con fuerza.
"¿Acaso se cree el ombligo del mundo, Miss Swan?" bromeó tratándola de usted, era un juego de tira y afloja entre ellas que les encantaba.
"¿Entonces, no me estaba mirando?" la sheriff se acercó a Regina con una pequeña toalla en la mano, limpiándose las gotas de sudor de su frente.
"En absoluto"
"Pues debe ser muy interesante ese periódico porque está al revés"
Regina descendió rápidamente su mirada a las páginas del boletín que sujetaba entre las manos y advirtió que, evidentemente, todas las letras estaban a la inversa, al igual que las fotografías. Sus mejillas se encendieron rápidamente, contrastando el blanco de su piel con el rosado de sus pómulos. Emma estalló en una genuina risa y se sentó a su lado.
"Supongo que algo más interesante ha llamado tu atención" formuló Emma antes de robarle un rápido beso en los labios a Regina.
"Es posible" la alcaldesa le siguió la broma.
Emma se acercó nuevamente a la morena y la besó, otra vez, con furor. Sujetó la nuca de Regina con su mano derecha y no permitió que esta se separara de ella hasta que hubiera tenido suficiente contacto. Sin embargo, a los pocos minutos de besarse apasionadamente, la morena comenzó a respirar con dificultad y se separó.
"Emma... para" pidió recuperando el aliento.
"¿Qué pasa?" cuestionó la rubia.
"Que mis hormonas están a flor de piel, eso pasa"
"Si estás excitada, Regina, puedes simplemente decirlo" la alcaldesa resopló con fuerza, tratando de hacer desaparecer los pensamientos impuros de su mente y miró a Emma a los ojos. "¿Te pasa algo?"
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9 meses por delante [SwanQueen]
FanfictionPoco después de que se rompa la temible maldición de la Reina Malvada, una inusual situación obligará a Emma Swan y Regina Mills a acercarse. Una alcaldesa. Una sheriff. Un embarazo. Y 9 meses por delante. Aquí puede pasar de todo. PD: Ninguno de lo...