Nuestras Flores Amarillas [✓]

Capítulo 40

¡Eyy!

Acabo de ver que este es el capítulo ¡40! No lo puedo creer que de verdad haya pasado tanto, pero no se preocupen todavía falta de está historia y personajes.

Esté es uno de mis capítulos favoritos, espero que también uno de los suyos.

Hablando de historias y todo esto, tengo un gran anuncio que dar:

¿Listos?

Mi nueva historia y la revelación de su título.

VERANOS CONTIGO.

Pueden ir a revisar la sipnosis ¡ya!

En fin, no olviden votar y comentar me ayudan muchísimo♡♡♡♡

40

MATT

Lei estaba un poco ebria.

En realidad, todos lo estaban incluso yo, pero Lei y Sam lo estaban más. Parecía que su tolerancia al alcohol eran prácticamente nulas.

Jason había sacado botellas de su cuarto, de las repisas del salón y del armario debajo de la escalera. Ni siquiera las había escondido, solo que nadie se había molestado en notarlas.

—No seas idiota, tienes que tomarlo de un solo trago—Lynn estaba enseñando a Sam tomar shots— Ya recordé porque no bebía con novatos.

—¿Novatos?— preguntó Lei, medio ofendida.

El calor del alcohol se había subido a sus mejillas y ahora tenía un rosado tierno, con sus ojos reluciendo.

—Sí, novatos— contestó, severa— No llevábamos ni media botella entre todos y ustedes dos ya están hasta el culo. ¿Qué nunca habían bebido?

—Claro que sí— se defendió Lei, pero se encogió de hombros un poco como siempre hacía cuando decía algo que no era del todo verdad.

Yo reí abiertamente, ganándome que Lei trepará del suelo hasta mi regazo para mirarme acusatoriamente.

Debería reírme de ella más seguido.

La sujeté con una mano sobre su brazo para darle equilibrio y con la otra la tomé del mentón para guiarla hacia mi boca y saborearla. Sabía jodidamente bien, siempre.

Mi lengua se encontró en la suya y el sabor a ella se intensificó. Su habitual sabor a la cosa más dulce que había probado alguna vez y al amor de mi vida combinándose con un ligero toque a tequila.

—¡Ey! No, no— Jason nos separó— Dijeron que no querían hacerlo, por eso nos quedamos.

Lei soltó una risita y bajó de mis piernas.

Era curioso como había evitado el alcohol y todo lo que se relacionará con ello durante casi un año por miedo a lo que pudiera suceder si me permitía ingerirlo. Sin embargo, en el momento que lo propusieron no sentí pánico ni la necesidad de negarme, solo imaginé que esto en verdad sería divertido.

No estaba seguro del porqué hasta que me di cuenta de que disfrutaba pasar tiempo con ellos, obviamente más con Lei, pero pasar tiempo con Lynn, Sam, Jess y Jason había hecho que se convirtieran en personas que apreciaba.

Eran divertidos sin ser tontos, inmaduros pero solo cuando se necesitaba y eran excelentes personas, claro, cada uno a su manera.

Se convirtieron en mis amigos y aquello me hacía feliz.