Capítulo 48

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Mmm...

No sé que decir, ¿perdón?

Capítulo 8


48

LEI

Los Blakleys se marchaban hoy, lo que significaba que sería el último día con Matt antes de separarnos por dos semanas.

Dos semanas.

Recordaba que cuando era pequeña solía asistir a cursos de veranos con mis hermanos que duraban eso. Dos semanas, en ese entonces dos semanas parecían absolutamente nada.

Dos semanas. Catorce días. Trescientas treinta y seis horas. Veinte mil ciento sesenta minutos. Un millón doscientos y nueve mil seiscientos segundos.

Parecían como un pestañeo.

Pero un millón doscientos y nueve mil seiscientos segundos sin Matt eran una eternidad.

Era una dramática.

Matemáticamente comprobado.

Su vuelo salía al anochecer. Matt estuvo en la casa para desayunar y pasar todo el tiempo posible juntos, se había marchado para hacer sus maletas y yo terminaba un trabajo de traducción.

Bajé a la cocina por algo que comer, me moría por algo dulce. Saqué la crema de avellana y sumergí una cuchara. La metí a mi boca, guardé el bote en la estantería y me giré para encontrarme de frente con Lynn.

—¡Oder!— prácticamente grité del susto.

Ella sonrió de una manera retorcida y me miró fijamente.

—Quería preguntarte algo— anunció lentamente. No importaba cuantas veces Lynn me asustará, siempre me recorría el mismo escalofrío.

Apenas pude asentir sin temblar. Con que no fuera una opinión sobre un asesinato o cualquier cosa relacionado con muerte, podía preguntar lo que fuera.

—Tú y Matt ¿Están bien?

Fruncí las cejas, extrañada y saqué la cuchara de mi boca.

— Sí, ¿por qué preguntas?

—Tal vez esto suene algo retorcido...— Casi solté una risota. Lynn siempre era un poco retorcida— Pero los analicé psicológicamente.

—¿Qué?

—Lo que oíste, analicé psicológicamente a todos los habitantes e invitados de esta casa.

—¿Qué?— repetí como idiota.

—Lo que quiero decir, es que puedo identificar cuando ciertas conductas son modificadas o algo parecido.

—¿Y has visto eso en nosotros?

Lynn rodó los ojos con exasperación y robó la cucharada de mi mano.

—¿Sabes? Ya había lamido eso— señalé con una mueca de asco.

Ella salió de la cocina y yo la seguí.

—¿Entonces?— insistí—¿A qué te referías?

Lynn se encogió de hombros.

—Quizás es por su viaje— se terminó la crema y me regresó la cuchara— ¿Sabes sí Jason está en casa?

Lynn desapareció y yo regresé a la cocina por otra cuchara para mí.

🎕

Llamé un taxi para ir al aeropuerto. Matt había insistido en recogerme él mismo, pero yo sabía que no tenía su Jeep, estaba en reparación o algo así, pero después de aquel choque dudaba que algo se pudiera hacer por él. Prácticamente, había quedado destrozado del cofre, había sido un choque directo, solo agradecía lo bien que Matt había salido, incluso los médicos aseguraban que era un milagro que no tuviera ninguna herida grave aparte de la fractura de muñeca y el hombro dislocado.

Nuestras Flores Amarillas [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora