¡Ey!
Este es el último capítulo y jámas había amado y odiado algo tanto al mismo tiempo.
Está historia marcó de tantas formas mi vida, un inicio de algo bueno (escribir) y un final para aquella época en la que todos mis días eran oscuros, figurativa y literalmente.
Encontré tanto amor en la escritura que incluso en días díficiles me recordaba que si mis personajes podían, también yo. O cuando estaba exhausta simplemente fingía estar dentro de la historia en sí.
De verdad espero, que ustedes hayan encontrado algo similar aquí y no tienen idea de lo mucho que agradezco que hayan seguido a mi lado y el de los orangutanes.
Gracias por leer.
Con amor, Magi♡♡♡♡
50
MATT
—Más te vale cuidar esa mano tuya— puntuó con un dedo sobre mi pecho.
La rodeé por la muñeca para acercarla a mí, y tocar ese bonito culo suyo. Iba a pasar dos semanas sin estar a su lado, no pensaba perder ninguna oportunidad.
—No tienes nada de que preocuparte— Sonreí plantando un beso sobre la suave piel de su cuello— Mis habilidades siguen intactas.
Me separé para ver su reacción y descubrir que aún no encontraba el doble sentido de mis palabras. Así que, como habitualmente hacía, esperé a que sus ojos se iluminarán, me mirará divertida, me diera un pequeño empujón, sus mejillas se ruborizarán y después me robará el aliento con esa bonita sonrisa suya.
Y así pasó.
—¡Ey!—exclamó—Eres un pervertido.
Bueno, eso ya todos lo sabían.
Comencé a reírme, echando mi cabeza hacia atrás por las carcajadas. Amaba lo inocente que su hermosa mente resultaba, amaba como esa inocencia desaparecía en cuanto entrábamos en su habitación, amaba la forma en que sus cejas se fruncían para reprenderme, amaba que sus ojos verdes me miraran como si fuera algo totalmente diferente a lo que me sentía y qué cada una de sus sonrisas me las dedicara como si fuera lo suficientemente bueno para ellas.
Amaba absoluta y enteramente la persona que Lei era.
—Te amo— resbaló de mi boca antes de que fuera consciente de lo que decía.
No me arrepentía ni avergonzaba de ello, era de las pocas cosas que me sentía orgulloso sobre mí. De tenerla a ella.
Solo me sorprendí de la naturalidad con la que esas palabras resbalaban de mi lengua, sin ninguna complicación, cuando se trataba de Lei. Cada sílaba que abandonaba mis labios se sentía como cómo rectificar lo correcto que se sentía estar con ella.
La escuché reír y abrí mis ojos solo para verla caminar hacia mí con los brazos abiertos y enterrar su cabeza en mi pecho.
Su cabeza quedaba a la altura de mi barbilla, el característico olor en su cabello inundo mis fosas nasales e inspiré como si de una divinidad se tratara, y tenía mis sospechas de que era así.
Joder, la iba a extrañar tanto.
La sostuve entre mis brazos y en un intento desesperado de qué se quedará siempre a mi lado, la apreté más contra mi cuerpo. Como si con ello pudiera fundirme con ella y tatuarla un poco más en cada poro de mi piel.
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Nuestras Flores Amarillas [✓]
Romance¿Cómo un desconocido deja de serlo? ¿Enamorándose? Ir a la universidad es toda una aventura, para Lei eso significaría mudarse al otro lado del estado y dejar a su familia. Cambiar de su silenciosa habitación a una casa que parece ignorar aquel té...