Adeline
Al salir de mi habitación, no escuché ruido alguno, por lo que supuse que Lyssandra y Alec seguirían durmiendo, así que me aseguré de moverme en completo silencio hasta la puerta y cerrar teniendo cuidado de que la puerta no azotara.
La noche anterior ya había buscado todas las rutas que podía usar para llegar a la universidad, que, al no estar lejos, incluso podría llegar caminando, aunque me tomaría unos 20 minutos, por lo que ese día decidí irme en el tren. Además, podría corroborar el tiempo que tarda en llegar y tener un aproximado del tiempo de espera.
Al llegar a la universidad, me fui directo a las oficinas administrativas. Había uno que otro alumno esperando al igual que yo, y aunque sabía que si mi padre estuviera aquí me animaría, o más bien, obligaría, a iniciar una conversación con alguno de ellos en lo que esperábamos en la fila, me recordé que mi padre no estaba ahí, así que tomé el camino fácil y me puse los audífonos en lo que esperaba.
Una vez fue mi turno, entregué los documentos que me hacían falta y recibí mi horario. Y después de que la señorita que me atendió me deseó un buen inicio de semestre, salí del lugar tomando un mapa de la universidad que había junto a la puerta. Supuse que, si ya estaba aquí, podría aprovechar para dar un tour por el lugar y comenzar a ubicar los salones a los que tendría que ir.
El primer lugar al que me dirigí fue al área deportiva. No es que tenía pensado pasar mucho tiempo en aquel lugar, pero parecía ser el camino más rápido para llegar al que sería mi edificio.
Entre tanto, comencé a revisar por centésima vez las materias que llevaría ese semestre. La que más me emocionaba era traducción literaria, era básicamente la materia por la que había elegido esa carrera. Ya había llevado la introducción a la materia, y en verdad ansiaba el comenzar a estudiarla. Por el contrario, estaba la de traducción económica, de nuevo, ya había tomado la introducción, y lo único que aprendí es que si pudiera eliminar de la fas de la tierra una asignatura... sería esa.
Alcé la vista para encontrarme con Alec saliendo de una de las oficinas con un hombre detrás de él, quien lo detuvo justo en la puerta. No podía escuchar lo que decían, solo podía ver a Alec negando con la cabeza, era evidente que no le gustaba lo que aquel hombre decía.
Entré en pánico cuando los vi despedirse, no quería que pareciera que los estaba espiado, aunque puede que eso estuviera haciendo. Solo un poco.
Tuve 5 segundos para decidir mis siguientes movimientos.
No podía girarme, pues él me habría visto pasar si venía por el sentido contrario, así que sabría lo había visto y había decidido ignorarlo. Lo que no era una buena impresión para dar a mi nuevo compañero. Así que me fui por la segura y bajé la vista a las hojas en mi mano pretendiendo estar completamente enfocada en ellos.
⸺Adeline. ⸺Volví a alzar la vista intentando poner mi mejor cara de sorpresa. ⸺No sabía que vendrías, hubiéramos venido juntos.
Le devolví la sonrisa al llegar a su lado.
⸺Tenía que traer unos documentos⸺ expliqué. Tenía curiosidad de qué hacía él ahí. Pero no iba a preguntar. ⸺¿Ya vas de salida?
⸺Sí. Ya he terminado lo que tenía que hacer aquí⸺ se limitó a responder. ⸺¿Qué hay de ti?
⸺Estaba por explorar un poco el campus.
⸺¿No quieres exhibirte como la chica nueva el primer día?
⸺Preferiría evitarlo.
⸺En ese caso, estás de suerte. Soy un excelente guía.
⸺¿No ibas ya de salida?
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Puntos suspensivos
Romance¿Te dejarías amar aún sabiendo que va a terminar? Adeline tenía un plan. Había aceptado una beca para irse de intercambio y así aumentar sus posibilidades de conseguir su trabajo soñado. Sabía lo que tenía que hacer y nada iba a distraerla. Ni siqu...