Capítulo 5

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Adeline

Aquella mañana me despedí de Lyssandra y Alec en el departamento, ya que ellos tenían clase hasta dentro de unas horas, y aunque Alec insistió en que podía traerme sin problema, le aseguré que no era necesario y podía llegar por mi cuenta. Para mi sorpresa, lucía bastante fresco considerando lo tarde que había llegado, pero aun así preferí no molestarlo y dejar que desayunara con calma.

Abrí la puerta del aula donde tendría mi primera clase con las manos temblorosas, por lo que sujeté con fuerza mi mochila intentando ocultarlo. Había solo tres alumnos cuando llegué, por lo que pude escoger un buen asiento. No tan al fondo del salón, pero tampoco demasiado cerca del escritorio del profesor ni tan al centro como para tener que pedir permiso para pasar.

Tomé mi celular y respondí los mensajes de mi padre, Sharon y mis amigas deseándome suerte, y después solo me dediqué a pasar de una aplicación a otra para pasar el tiempo.

Estaba ya en mi segunda vuelta cuando una chica se sentó en el pupitre a mi lado. Me giré y le sonreí, a lo que ella me regresó el gesto. Y luego... entré en pánico.

Jugué con el celular en mis manos hasta que decidí apagarlo, de esa forma le estaría mostrando que estaba abierta a tener una conversación, ¿no?

Comencé a sacar mis cosas solo por hacer algo.

¿Qué podría decirle? No tenía idea. Estaba en blanco.

Pensé en mis primeras conversaciones con Lyssandra, o Alec, incluso con Pol y Leo. Pero no eran de gran ayuda. Con los cuatro me habían presentado. Bueno, con Lyssandra yo me había presentado y después ella lo hizo con los demás. Pero no podía solo llegar y decirle mi nombre. ¿Qué sabía yo si a ella le interesaba saberlo? Además, ella fue la que se sentó a mi lado, ¿no debería ser quien iniciara la conversación?

Pude ver que la chica había terminado de acomodar sus cosas, así que respiré hondo, esta era una buena oportunidad para decirle hola. O quizá pueda confirmar que estoy en la clase correcta. Sí. Esa parecía una buena idea, en especial porque abriría una conversación sobre que soy nueva, y quizá de ahí pueda preguntarle más cosas sobre la escuela. Bien. Me agradaba la idea.

Volví a tomar aire, pero justo en el momento que abrí la boca, ella tomó su celular, así que me giré de inmediato.

Volvamos a intentarlo. Venga. Me dije para calmarme.

Lo intenté una vez más, pero esta vez fue la voz del profesor llegando al aula la que me hizo regresar mi atención al frente.

De acuerdo, había sido un mal comienzo, pero siempre quedaba la siguiente clase. Y si no era hoy, ya llegaría el día en el que me acerque a un compañero.

Spoiler alert: Ese día no llegó la primera semana... ni la segunda.

Puntos suspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora