Capítulo 34

13 2 0
                                    

Adeline

—¿Qué Julieta salía con quién?

—Así como lo escuchas— llevó un puño de palomitas a su boca.

—Julieta salía con Jake Simons— repetí incrédula. —¿Cómo es eso posible? ¿Y por qué nadie sabe esto?

—Porque se conocieron cuando él apenas y subía videos de covers. Cuando su fama llegó, parece que las cosas entre ellos no funcionaron. Y antes de que lo preguntes, no sé qué pasó, solo sé que terminaron mal.

—¿Qué tan mal?

—Tan mal como que está dispuesta a dejarme tirada en medio de la nada si siquiera tarareaba alguna de sus canciones.

—Vaya— le quité el recipiente de las manos. —Ahora quiero saber lo que sucedió.

—Créeme, yo también quería. Pero preferí no preguntar.

—¿Por qué? —prácticamente le reclamé.

—Porque adoro sus canciones— se defendió. —Y lo adoro a él. Y quizá sea una terrible amiga, pero no estoy lista para arruinar la imagen que tengo de Jake.

—Okay, puedo entenderlo— concordé reflexiva. —Y tienes razón. Pero eso no quita que ahora muera de curiosidad— me quejé.

—Quizá podamos hacernos una idea— sugirió cantarina. —Sé los años en los que estuvieron juntos, si buscamos las canciones que escribió durante ese tiempo... —le devolví la sonrisa antes de hacer los cojines a un lado para ponernos a repasar toda la discografía del cantante.

—Amo esta canción— me hizo saber Lyss después de un par de horas. —Si se la escribió a Julieta, en verdad la envidio.

—Yo la envidio desde que me dijiste que salieron. No puedo creer que estoy a una persona de Jake.

—Lo sé— concordó igual de emocionada. —Ojalá no hubieran terminado mal y así pudiéramos ir a uno de sus conciertos. ¿Has ido a alguno?

—Pff, ni siquiera va a mi ciudad. ¿Tú?

—No he logrado conseguir boletos. El año pasado los puse a todos a abrirse cuentas, pero cuando llegó nuestro turno, los que quedaban se salían de mi presupuesto.

—Bueno, dicen que el siguiente año habrá nueva gira.

—Tenemos que ir juntas. No me importa donde estés, te haré venir.

—Cuenta conmigo.

Empezó a sonar la siguiente canción, una sobre un amor no correspondido, cuyo deseo por unos minutos de atención lo llevan a la locura. Y al llegar al coro, Lyss se calló de golpe.

—Lo he decidido— dijo muy segura. —No voy a llorar por alguien que ni siquiera sabe mi nombre. Soy una chica increíble. Cualquiera tendría suerte de conocerme.

—Claro que sí— la animé.

—Hay mucha gente haya afuera, y seguro que hay alguien increíble esperando por mí. Aunque no sea Leandro. —se encogió. —Que hubiera sido increíble que fuera él, solo imagínatelo, los dos en la industria del teatro musical, las obras que pudimos haber...

—Lyssandra— la llamé. —Te desvías.

—Cierto, cierto— intenté no reír. —A lo que quiero llegar, es que creo que estoy lista para encontrar a alguien. Y tú vas a ayudarme.

—No sé cómo pueda hacerlo, pero claro, cuenta conmigo.

—Nos conseguiremos un par de amigos que...

Puntos suspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora