• Capítulo 14 |¿Padres?|

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Los meses pasaban.

Judith ya tenía un medio año. Seguíamos caminando en aquella carretera desolada.

Sasha encontró un caballo en un granero. Lamentablemente tuvieron que sacrificarlo para poder darle de comer a todo el grupo.

Merle se encontraba excelente y era un buen sustento para el equipo. Sabía utilizar su mano cortada de buena manera junto a una cuchilla.

En el camino, encontramos a un viejo amigo de Rick, llamado Morgan.

El grupo cada día crecía más y éramos más fuerte. Aunque en las noches, debíamos de quedarnos en el bosque junto a una fogata improvisada.

Luego de lo que pasó con Gareth, jamás tocaron el tema, ni siquiera Daryl.

Por el momento, el grupo se conformaba de ésta manera.

Los niños y adolescentes; Carl, Judith, Lizzie, Mika, Maggie y Beth.

Los más vulnerables; Eugene, Carol, Dale, el padre Gabriel y Hershel.

Los hombres más fuertes; Rick, Daryl, Merle, T-Dog, Tyresse, Abraham, Glenn y Morgan.

Las mujeres más fuertes; Sasha, Rosita, Tara, Michonne, y yo.

Ahora mismo nuestros cuerpos se encontraban agotados de tanto caminar. El calor y la humedad, hacían una combinación para nada agradable

Rick se dejó caer a un costado de la carretera, mientras sostenía en brazos a su pequeña hija. Todos hicimos lo mismo que él.

Los niños estaban hambrientos y los adultos de igual manera.

Mientras todos descansaban, me coloqué de pie con todas las miradas del grupo encima de mí. Comencé a caminar lentamente hacia dentro del bosque.
Debía de buscar otro lugar para pasar la noche y que entráramos todos juntos.

Sonidos detrás de mi hacen que me gire rápidamente junto a mi ballesta en alto. Aquellos ojos preciosos volvieron a hipnotizarme, haciendo que baje mi arma.

Él simplemente suspiró, mientras se acercaba lentamente a mí.

En silencio comenzamos a caminar por todo el bosque, algunos caminantes se nos acercaban pero era fácil acabar con ellos.

Un leve sonido arriba de un árbol hizo que nuestras miradas se dirigieran ahí. Había una pequeña ardilla, apunté y miré a Daryl, él hacía lo mismo que yo, pero bajó su ballesta y asintió para darme el honor a hacerlo. Disparé.

El pequeño animal peludo cayó muerto al suelo y me acerqué a recogerlo.

— Lo siento. — dije con aires de superioridad y él sonrió.

— Cuándo encuentre un ciervo, ése si será mío. — respondió de la misma manera. Yo asentí para luego regalarle una sonrisa. — Carl ayer comió comida para perros enlatada y estaba vencida. — comenzó a contar mientras seguíamos nuestro camino.

— Pobre, espero y encontremos más de éstos aunque sea. — dije refiriéndome a la ardilla.

Nuestros cuerpos se encontraron con un gran granero, sonreímos, pero un fuerte sonido del cielo hizo que aquél gesto se esfumara.

El cielo se encontraba nublado y ya comenzaba a oscurecer. Pronto llovería y los truenos se hicieron presentes.

Ambos golpeamos las grandes puertas del granero para confirmar si había algún caminante dentro.
La suerte estaba de nuestro lado, ya que no había ninguno.

— Iré a buscar al grupo, podríamos pasar la noche aquí. — habló Daryl y yo asentí. — Quédate aquí. Cualquier cosa que llegue a pasar algo, ten. — dijo para luego entregarme una radio con la cuál se comunicaban en la prisión con Rick.

Asentí y lo tomé en mis manos. Él comenzó a caminar rápidamente por el bosque para salir a la carretera en busca de nuestra gente.

Cerré las grandes puertas y me encontré sola dentro del granero. Era bastante grande y acogedor, aunque hacía calor para el clima.

Algunas gotas se hicieron presentes y por las pequeñas ventanas de vidrios rotos pude notar cómo llovía apenas.

Me dejé caer en todo el suelo lleno de pajas y mi mochila cómo parte de almohada. Hasta que llegara el grupo.




Minutos más tarde, la puerta se abrió bruscamente haciéndome despertar del profundo sueño y colocar mi arma de fuego en alto.

Entraban Daryl con todo el grupo, sonreí para luego bajar mi arma.

— Pudimos recoger un poco de agua. — dijo Abraham acercándose a mí para entregarme una botella pequeña, acepté regalándole una sonrisa de agradecimiento.

Los hermanos Dixon traían más ardillas y conejos.

Podríamos pasar ésta noche con la panza un poco llena.

Rick se acercó a mí para sentarse en el suelo a un lado mío.

— ¿Podrías tenerla hasta que le prepare su leche? — preguntó y yo la tomé en mis brazos sin ningún problema.

— Hola, pequeña. — hablé y ella comenzó a sonreír. — ¿Te haz hecho en los pantalones? — pregunté divertida y todos veían la escena con una sonrisa. — Vamos a cambiarte. — dije y la tomé más fuerte en mis brazos, para colocarme de pie y recostarla encima de un rectángulo de alfalfa.

Comencé a quitarle el pañal de tela y lo dejé a un costado. Carl se acercó a mí con un balde con agua de lluvia y comencé a lavarle sus partes íntimas. Ella sólo reía y claramente contagiaba a todo el grupo. Hershel me acercó unas toallas limpias que llevaba en su mochila y con eso la logré secar, para luego ponerle otra tela, simulando un pañal.

— Listo, pequeñita. — dije para luego sonreírle.

Daryl se acercó a mí con el biberón que le había preparado Rick.

— Yo le daré de comer. — dijo él para quitarme a la pequeña de mis brazos.

Todos veían con ternura la escena.

— Todos opinamos que ellos también deberían de ser padres. ¿No? — preguntó Glenn y Daryl lo miró amenazante.

— Cuándo él quiera. — dije con tono seductor.

El rostro de Daryl era un poema y todos comenzaron a reír, incluyéndome.

Ésto de molestar a Dixon y hacer que sus mejillas se tornaran rojas, era mi  trabajo favorito.

ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora