• Capítulo 34 |Lunita|

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▪《Daryl Dixon》▪

Ése día en que llegó aquí y pude verla nuevamente, mi corazón parecía que estallaría de alegría.
Pero Moon, ya no era la misma. No era aquella chica que conocí en el campamento y mucho menos, la que se fue con Negan. Ya no tenía aquél brillo en sus ojos, ahora estaban apagados y oscuros. Tenía ojeras y el rostro con algunas marcas del tipo de Negan en la carretera. No sabía si su cuerpo se había terminado de desarrollar, pero su cuerpo estaba más voluptuoso. Sus pechos eran más grandes y tenía caderas más anchas, sus brazos eran un poco más grandes que antes y fuertes.
Cuándo me miró aquél día en que llegó a Hilltop, pude descifrar, que estaba asustada; por más que quisiera mostrarse ruda. Estaba tan igual que yo. Jamás me enojaría con ella por estar con aquél bastardo, pero quería saber a qué la obligaba o qué hacía en el santuario de Los Salvadores.

El otro día cuándo volvió otra vez, la pude notar el doble de extraña. Sus ojos seguían oscuros. Pero seguía hermosa cómo el primer día.

Cuándo decidió caminar por las calles de Alexandria, mi corazón se detuvo o éso fue lo que sentí al verla. El enojo que tenía por dentro, invadía todo mi cuerpo. Su espalda estaba tan desfigurada, que parecía ser una quemadura grave.
Mis ojos comenzaban a picar en reacción a querer llorar; pero cuándo decidí caminar en su dirección para poder hablarle, aquél tipo rubio con la mitad de la cara quemada me detuvo, negando, ya que Negan se acercaba abrazado de Rick.

A los minutos, se largaron de aquí. Dejando a todos con muchas preguntas y con nada de respuestas.

Tenía miedo por ella, aquél imbécil poco hombre, le había hecho daño, y aquella palabras me habrían descolocado.

"¿Un bebé? ". Fue cómo un puñal en mi pecho. Moon había tenido una aventura con él y fruto de aquello, habían tenido un hijo.

Me adentré a la casa furioso, pero un Rick bastante asombrado me siguió los pasos, me tocó el hombro y simplemente me corrí.

— Daryl... — fueron sus palabras y yo me giré en su dirección. Él negó y yo sólo me quebré.

Nunca nadie me había visto de ésta forma y juré que Moon iba a ser la única en ver ésta versión de mí. Ni siquiera Merle la conocía y aquello me daba vergüenza, pero ya no podía ocultarlo más. Me rompí en miles de pedazos y mi corazón ya no aguantaba estar en ésta maldita situación.

Todos se habían largado de aquí. El grupo ya no era el mismo de antes y mucho menos sin Moon. Ella se había vuelto alguien muy importante para mí cómo para mi hermano. Era una pieza fundamental para nosotros los Dixon y aquello se destruyó para siempre.

Desde ésa vez, mi relación con Connie había ido avanzando. Su hermana me ha estado enseñando lenguaje de señas y nos comunicamos mejor.

Los muros fueron levantados nuevamente, gracias a otra comunidad que Jesús conoció, llamados El reino.

Consistía en un tipo que se creía rey, Ezequiel es su nombre. Tiene de mascota a un maldito tigre de bengala.

Ellos también sufrían los robos por parte de Negan, tenían animales y muchos huertos, más que nosotros aquí. Todas las semanas tenían preparado cinco a seis cerdos para consumo de ellos.

Entre todos estábamos planeando la batalla contra Los Salvadores. El nombre ni siquiera les quedaba.

Negan había acabado con tres personas nuestras, dos del reino y cuatro de Hilltop. Parecía que su trabajo era matar por diversión o al menos, lo hacía con quiénes nos cataban órdenes de él.

Se llevaron a Eugene, quería que les generara balas, ya que él había realizado una casera para un arma de Rosita.

No lo vimos volver nunca. Tampoco a Moon.

Ya era más de un año sin ella. Jamás volvió a Alexandria y mucho menos querían decirnos cómo ella estaba. Si estaba bien de salud o si simplemente había muerto. No teníamos información y aquello me estaba destruyendo por dentro.

¿Cuándo fue que el tiempo se escapaba de mis manos? Ni yo lo sabía. No verla, estaba consumiendo mi cerebro y parecía que en cualquier momento perdería la cabeza.

Todos los días busco la manera de poder entrar al santuario o verlo desde lejos, encima de un árbol con los binoculares de ella.

Connie había comenzado a presentar cierto celos hacia mí por buscar a Moon en el bosque. Pero ya le hice entender, que aquella lunita, había sido mi primer amor. Y posiblemente el único y último.
Aunque la morocha fuese hermosa y muy simpática, y si, probablemente le di indicios de que me gustaba, mi mente y corazón, siempre iban a pertenecerles a Moon.


ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora