• Capítulo 15 |No hay confianza|

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Las horas pasaban, pero la lluvia aún seguía.

Ésta era nuestra segunda noche aquí.

El granero tenía un segundo piso que dejaba ver la planta de abajo por las barandillas de los costados.

Ahora mismo me encontraba aquí. Sentada en el suelo de madera, mientras mis piernas se dejaban caer al vacío. Tomé la cajetilla de cigarrillos y quité uno. Lo tomé entre mis finos dedos y lo encendí.

No quería molestar a nadie abajo con el humo del cigarro. Por éso opté por estar aquí sola. — O éso creía.

El sonido de la madera rechinar, hizo que mi cabeza diera media vuelta para poder verlo a él. Caminando lentamente hacia mi, toma asiento a un lado mío, para luego regalarme aquella mirada que empezaba a gustarme.

Quité otro cigarrillo y se lo entregué, sabía perfectamente que éso era lo que andaba buscando.

Miré hacia abajo con mi cabeza gacha y ahí pude encontrar a un Merle profundamente dormido en el suelo de la planta de abajo. Sonreí.

— ¿Aún tienes hambre? — preguntó seriamente, mientras me regalaba aquella mirada que era difícil de comprender.

— No, estoy muy bien. — mentí para regalarle una sonrisa.

Él chasqueó su lengua y sacó un rectángulo de su chaleco con alas bordadas. El papel que lo envolvía era de color morado. Me lo entregó para yo recibirlo en mis manos.

Era una barra de chocolate.

— Me aseguré que no estuviera vencido. — habló para sonreír de costado.

Simplemente lo abracé.

Los músculos de su espalda se habían endurecido. Sus brazos se quedaron estáticos. Sólo fueron segundos en las que pasamos en aquella posición, pero poco a poco comenzó a tocarme, para luego corresponder al abrazo. Me separé de él y vi la barra de dulce que se encontraba en mis manos, lo abrí sin pensarlo y partí un pedazo bastante grande, haciendo que Daryl simplemente riera.

Mis ojos se pusieron en blanco de tan sólo sentir el sabor exquisito en mis papilas gustativas.

Le entregué un pedazo del mismo tamaño del que se encontraba dentro de mi boca a Daryl, éste aceptó sin chistar y se lo llevó a la boca.

Le sonreí.

— ¿Sabes? — pregunté con cierto esfuerzo para decir la palabra, ya que mi boca se encontraba llena del dulce.
Él me prestó más atención, mientras chupaba sus dedos. — Papá decía que ésto causaba cáncer. — conté con tono divertido, causando una risilla de parte de él. — Él jamás comió uno de éstos y murió de cáncer. — terminé de contar para luego reír apenas.

Aquellas palabras jamás las olvidaría.

Papá nos hacía de comer cosas naturales. Los yogures eran naturales, y también los cereales. Las hamburguesas no eran de carne, sino de algunas lentejas o de soja. Jamás nos dejó tomar alguna gaseosa , ya que contenían mucha azúcar y él siempre ponía en pretexto, de que todo aquello; causaba cáncer.

Era irónico. Siempre se cuidó y aún así, él se fue de éste mundo por cáncer y jamás logró probar una delicia cómo era el chocolate.

¿Quién lo diría? Si tan sólo mi padre viese que como animales sin cocinarlos, moriría nuevamente.

— Gracias, de verdad. — dije y él simplemente asintió. — Por ésto y por lo de hace... — no dejó que terminara de hablar.

— No tienes porqué agradecer. Cualquiera lo hubiese hecho. Rick. Michonne. Glenn. Cualquiera. — respondió seriamente mientras me quitaba otro cigarrillo y yo hacía lo mismo, para luego encenderlos.

Pasamos en silencio varios segundos.

Aquello recién dicho resonaba en mi cabeza. ¿Será?

Simplemente no creía capaz de que cualquier persona que viera cómo abusan sexualmente de otra, hubiese actuado cómo lo hizo Daryl y el resto del grupo.

— Por primera vez en mucho tiempo tuve miedo. — hablé y él me miró para luego largar el humo de sus pulmones. — Ahora en más, me dan miedo las personas que aún siguen vivas. — dije y él asintió. — Es increíble cómo el mundo se fue a la mierda. — terminé de decir para darle una calada a mi cigarrillo.

— ¿Tú confías en mí? — preguntó él, mientras me miraba fijamente esperando la respuesta que saldría en unos segundos de mis labios.

Aunque su pregunta me había tomado por sorpresa, asentí lentamente sin dudarlo.

— ¿Tú? ¿Confías en mí? — pregunté de igual manera y él simplemente se quedó en silencio por varios segundos, para luego hablar.

— Sí.

— Lo dudaste. — pregunté un poco desconcertada.

— No.

— Sí lo hiciste. — dije casi en un susurro.

Aquellas palabras me habrían descolocado. Más bien, me habían roto el corazón.

— Auch.

Jamás pensé que Daryl desconfiaba de mí, luego de todo lo que pasamos.

— Me iré a dormir. — volví a hablar mientras apagaba el cigarrillo en la madera polvorienta en la que me encontraba sentada, para luego colocarme de pie y comenzar a caminar.

Pero una de sus manos tomó mi brazo, haciendo que volteara bruscamente.

— ¿Desde cuándo confías en mí? — preguntó seriamente con aquellos ojos claros cómo el cielo, que parecía que iban a derretirme.

— Desde la vez que me disparaste. — respondí y me solté suavemente de su agarre para luego bajar hacia la planta de abajo y dejarlo completamente sólo allá arriba.

Era verdad.

Confiaba en él desde que me había disparado por primera vez en aquél árbol de nueces y me dejó colgada de mi mochila.

Ahí me di cuenta la clase de hombre que era y cómo se enfrentaría a cualquier persona por mantener a su gente con vida.

ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora