• Capítulo 25 |Luna - Moon|

183 16 0
                                    

Las horas pasaban volando y aún no había ninguna noticia, pista y mucho menos algún rastro que Daryl pudiera ver para saber el paradero de nuestro médico de confianza; Siddiq.

Era nuestro momento. Ahora mismo nos encontrábamos un pequeño grupo en búsqueda de aquél hombre.
Rosita, Abraham, Daryl y yo, eramos los encargados de encontrar aquél hombre salvo y sano, aunque pareciera que lo habían secuestrado los extraterrestres.
No pensaba que éso era una estupidez, ya que hay muertos que regresan a la vida en busca de carne humana.

Mis pies ya no aguantaban más y quería descansar. Aunque las tres personas a mi lado, no querían parar, lo hicieron de todas formas.

— Le diré a Deanna que te cambie de puesto. — soltó Daryl.

Sabía que lo decía en broma, aunque pareciera muy serio.

Rosita junto a Abraham rieron apenas por el comentario del ballestero.

— Te recuerdo, que heriste mi tobillo y ahora lo tengo mal curado. — respondí atacándolo.

— Uuuuh.

Dijeron Abraham y Rosita juntos, causando mi risa y una leve sonrisa de comisuras apenas levantadas por parte de Daryl.

Oímos un disparo a unos cuántos metros, incluso, kilómetros de nosotros. Abraham y Rosita decidieron ir sólos. Aceptamos.

— ¿Crees que Negan nos estará buscando? — pregunté un poco preocupada porque así fuera.

— Ni siquiera tuvo la oportunidad de conocernos. No te preocupes, todo estará bien. — respondió seriamente a lo que yo asentí sin más.

— Busquemos a Ford y a Espinosa. — hablé mientras me colocaba de pie, él hizo lo mismo que yo.

Comenzamos a caminar con nuestras ballestas de colores contrarios en alto. No sentíamos ningún otro sonido que no sea el mío junto al de Daryl. Nuestras respiraciones un poco pesadas y las pisadas en la yerba seca.

Minutos más tarde de tanto caminar, dimos la conclusión que estábamos caminando por un maldito bosque laberinto.

Abraham y Rosita habían desaparecido, quedando en la caída de la noche fría sola con Daryl. Bufamos al no encontrar ningún tipo de rastro de ellos.

— Será mejor que busquemos una cabaña cerca y pasemos la noche ahí. — dijo y yo simplemente asentí.

Comenzaba nuestra nueva búsqueda en el bosque oscuro. Agradecía haber tomado de mi casa, una linterna, ya que el cielo estaba tan plagado de nubes, que la luz de la luna se entorpecía para poder alumbrar nuestros caminos.
Mi única linterna era quién guiaba los pasos del cazador junto a los míos.

Las noches eran cada vez más frías, causando así; que Daryl se colocara un poncho que Carol le había regalado y yo mi chaqueta de acompañante de Sheriff.

Nos adentramos a una pequeña cabaña, luego de haber confirmado que no había ningún caminante. Pero algo que sí nos había llamado la atención, era la cocina.
Se encontraba bastante equipada cómo para que estuviera abandonada.
Daryl tomó una lata de la basura y estaba recientemente abierta. Me miró.

— ¿Crees que vuelva? — pregunté con los nervios que me carcomían por dentro. Él negó.

— Podríamos prender la chimenea y cerrar las cortinas. Los caminantes no podrán saber que estamos aquí. — explicó mientras cerraba las cortinas de color bordó.

— Pero los vivos si. — respondí apenas.

Aunque no lo demostraba, sentía que mi corazón saldría de mi pecho. Desde lo que había pasado la última vez con Gareth, sentía demasiado miedo de volverme a encontrar con personas vivas. Le tenía más miedo a aquellos que respiraban y hablaban.

ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora