• Capítulo 38 | Merle Dixon |

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▪《Daryl Dixon》▪

Su rostro de preocupación, sus ojos color avellana estaban inundados en lágrimas y yo no pude hacer nada.
Cuándo se trata de ella, nunca puedo hacer nada y me siento un inútil.

El grito aterrador de mi pequeña hija, jamás lo olvidaré. Lo tendré clavado en mi corazón por el resto de mi vida.
Se acabó. Todo se había acabado.

Ésta vez, sí las había perdido para siempre. No había opciones, ni mucho que hacer por ellas, pero el sólo pensar cómo murieron, me partía en miles de pedazos.

Luego de haber dejado a Eugene en OceanSide para que no fuese encontrado en Alexandria, decidí volver a mi comunidad.

Llevaba mi corazón en la mano, éste estaba hecho trizas y no podía pensar en otra cosa que romper en llanto.

Caí de rodillas al suelo y el grito que salió dentro de mí, jamás lo había conocido. Era un grito de dolor, tristeza, enojo, todo estaba dentro de él. Era increíble cómo la vida de éste nuevo mundo, podía acabar en milésimas de segundos.
Hacía unos minutos atrás, mi pequeña hija estaba tomando leche del pecho de su madre, el amor de mi vida y las había perdido para siempre.

El sonido de las hojas captaron poco mi atención, ya no quería saber más nada con caminantes, enemigos, si venía Negan y me mataba o torturaba, no sentiría nada más que placer por morir. Mi vida ya no tenía sentido.

UN AÑO había pasado en buscar a Moon, un año en el cuál lloré cada mes que pasaba por no tenerla conmigo, ahora era diferente, pero el dolor era tan enorme cómo aquél que sentí en ése instante.

Levanté mi vista que estaba borrosa por las lágrimas. Podía sentir el agua salir de mi nariz y mis mejillas ardían por el calor, la tierra, el sudor y la fricción que causaba mis manos en ellas, para poder secar aquéllas lágrimas saladas que despedían mis ojos. Ahí estaba él, al que una vez en la vida quise matar. A quién Moon me acompañó a sacarlo de una azotea, quién se fue y volvió siempre por mí y por ella. Ahí estaba mi amado hermano, éste me veía con ojos de dolor y sin entender una mierda de lo que pasaba. Volví a llorar y éste corrió hacia mí para abrazarme. Correspondí a su gesto, porque sinceramente lo necesitaba más que nunca. Estaba destrozado.

— Dime, ¿qué fue lo que te pasó? — preguntó, mi cabeza estaba apoyada en su pecho. Ambos tirados de rodillas en el mojado césped.

— Las encontré.... — pude decir apenas, mientras sorbía mi nariz. Éste se separó rápidamente de mí y me miró.

— ¿Convertida? — preguntó preocupado y yo negué. Causando una sonrisa en él.

— Escaparon de Negan, las encontré y una horda las acorraló.. No pude hacer nada, Merle. — respondí y rompí en llanto una vez más.

— ¿Ellas, quién? ¿Moon? — preguntó confundido.

— Moon y Sunshine. Mi hija, tu sobrina, tuve una hija y las perdí para siempre, hermano.. — dije y sus ojos se llenaron de lágrimas, para brillar junto a los míos. Cerró sus ojos y varias lágrimas salieron de él.

Era la primera vez que podía ver al rudo Merle llorar. Quebrarse y sé que no sólo era por mí, era por ella, porque por alguna extraña razón, habrían creado un lazo tan fuerte, que parecía que la muerte únicamente había sido el único culpable de que se cortara. Y más sabiendo que tenía una sobrina pequeña qué conocer. Él me abrazó fuertemente y lloró junto a mí por varios segundos, para luego secarse sus lágrimas y levantar mi cabeza.

— Debemos ser fuertes, siempre lo fuimos, somos unos Dixon, no hay nadie que nos quebrante ahora. — dijo mientras me tomaba ambas mejillas. — ¿Las viste morir? — preguntó seriamente y yo negué. — Entonces no pierdas la fe, carajo. — terminó de decir para ponerse de pie y extender su mano, la tomé y lo imité.

Merle hablando de fé. Era increíble cómo Moon había cambiado a mi hermano, cómo sus palabras y acciones, fueron transmitidas hacia nosotros los Dixon. ¿Fé? ¿Realmente ésa cosa existía? Y cómo no iba a hacerlo, si jamás la perdí en volver a encontrar a Moon, y pasé las doce horas más hermosas que mi corazón, y alma pudieron haber conocido.




Llegamos a Alexandria. Apenas Moon se había marchado junto a Negan, Merle desapareció para irla a buscar, pero ésto fue en vano y estuvo un año lejos de la comunidad. Algunas personas aún no se acostumbraban a su presencia, pero era un elemento clave para éste lugar. Siempre ayudó, tanto el día en que Maggie enfermó, cuándo Hershel murió y cuándo el pequeño hijo de Glenn nació.

Algunos lo aceptaban y otros pensaban que él era peligroso para la sociedad. Puros idiotas.

El rostro de Rick se cruzó con el mío y me abrazó. Merle hizo lo mismo con el retirado sheriff y se lo llevó lejos de mí. Mi mirada se clavó en la de Connie que me saludaba con una sonrisa e iba a acercarse a mí, pero la detuve y comencé a caminar hacia la casa que compartía con Aarón.

Cierro mis ojos y veo su rostro de preocupación, para luego escuchar los gritos desgarradores de Sunshine.

ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora