ᴍʏ ᴍᴏᴏɴ [Daryl Dixon]

• Capítulo 23 |¿Quién es Negan?|

Los días transcurrían normales.

Se sentía un tanto extraño no salir en un buen tiempo.

Mis ojeras habían desaparecido, podía dormir tranquilamente.

Hoy era mi día de descanso y la pasaría cuidando a la pequeña Judith. Ésta noche, vendrían a cenar los hermanos Dixon a casa.

Ahora mismo me encontraba cocinando la cena, mientras la señorita Grimes jugaba en medio de la sala con vasos de plástico.

— Hoy comeremos pescado con verduras. — dije mientras cerraba el horno y dejando el guante de cocina encima de la mesada.

Me encaminé hacia dónde estaba Judith y me coloqué en cuclillas, ella me sonrió y yo hice lo mismo.

— ¿Quieres comer o prefieres jugar? — pregunté inocentemente, ya que sabía que no iba a responderme.

— Mamá. — dijo con una gran sonrisa, mientras me señalaba.

Pude sentir que mi estómago se revolvía por haber escuchado aquella palabra.

Mi corazón no tardo en desmoronarse en tan sólo pensar que ella crecería sin su mamá.

La mayoría del grupo; incluyendo a Rick, pensaron que la decisión de Lori era errónea de haber salvado a su hija, en vez de a ella misma. Éste mundo no estaba apto para un bebé. También dijeron que se había comportado cómo una zorra al haber estado con el mejor amigo de su esposo. Pero a pesar de que haya o no haya tomado el mejor camino, no debería de haber sido juzgada cómo tal.

De los errores se aprende. ¿No es así?

Ella pensó que su esposo estaba muerto. De alguna manera u otra, ella se sentía cómoda con Shane. Tal vez se habría sentido confundida y buscaba la manera de curar el dolor de su pérdida con alguien cercano.

Los errores cada día nos hace  humanos. Claro que sí.

Quién esté libre de pecado, que lance la primera piedra. Nadie lo haría.

¿Se equivocó? Tal vez. Pero éso no la convertía en mala persona.

Ella se preocupaba por su hijo, por el grupo y por mí.

Lori Grimes, se había convertido en mi amiga. Y la quería, por supuesto que sí. Pero ella ya no estaba en éste mundo para poder conocer a su pequeña hija. Verla crecer, caminar y en éste caso. Oír su primera palabra.

— Yo no soy tu mamá, Judith. — respondí para acariciarle el cabello.

Y por más que yo no lo fuera, demostraría aquella parte de mí, si así lo deseaba.

No me molestaría en lo absoluto, si ella me tomaba cómo tal. Pero de alguna forma u otra, debía saber que ella habría tenido a su madre. Una mamá que dio la vida por ella.

— Pero ella está aquí. — le expliqué tocando su pecho. Ella hizo lo mismo y largó una risilla inocente. — Yo te quidaré siempre. — dije con una sonrisa.

Aquella niña era una viva imagen de Lori. Aunque nadie sabía aún si era hija de Shane o de Rick, lo que sí sabíamos; era que tenía una gran parte de su madre.

La puerta sonó y me coloqué de pie rápidamente.

Judith siguió con sus juguetes improvisados, mientras yo abría la puerta; dejándose ver, aquellos cuerpos robustos en frente de mí.

Les sonreí. El único que copió el gesto, fue Merle.

— Pasen. — ordené, haciéndome a un lado. Ambos asintieron y se adentraron a la que sería mi nuevo hogar.

Ambos caminaron hasta la sala.

— Oh, miren a quién tenemos aquí. — habló Daryl, la pequeña lo miró y sonrió, para luego estirar sus brazos hacia su dirección, haciendo así; que el ballestero la tomara en brazos.

— Delicioso olor. ¿Qué haces? — preguntó Merle mientras me acompañaba hasta la isla de la cocina y se apoyaba en la mesada de granito.

— Pescado con verduras al horno. — respondí con una sonrisa.

Ambos hermanos miraban con atención mis movimientos.

Coloqué el guante en mi mano y quité la comida ya lista.

— ¿Pondrías la mesa? — le pregunté al hermano mayor, mientras terminaba de mover algunas verduras de la fuente.

— Claro. — dijo y rodeó la isla para acercarse a la alacena.

Mientras Daryl sentaba a la pequeña niña en la silla de bebé. Merle colocaba los platos.

Dejé la fuente en medio de la mesa para cuatro personas y ayudé a poner los cubiertos.

Los hermanos Dixon tomaron asiento en la mesa y yo también. Nos servimos la comida y empezamos a cenar.

— ¿Cómo les ha ido en el día de hoy? — pregunté, mientras cortaba un pedazo de pescado.

Merle comenzó a servir una botella de vino que habían traído ambos.

— Bien. Glenn consiguió buenas armas. — contó Daryl sin mirarme.

— Yo la pasé dormido todo el día. Los medicamentos me dan mucho sueño. — contó Merle mientras sonreía y se metía la carne a la boca.

Limpié la comisura de los labios de Judith y miré al mayor de los hermanos con una sonrisa.

— Es bueno que sigas el tratamiento, así termina de curarse. — hablé para luego apoyar mi mano encima de su brazo y darle un pequeño apretón.

Me regaló una sonrisa.

— Erick quiere que salgamos fuera de la ciudad en busca de más alimento. — habló a secas Daryl, mientras nos miraba a ambos.

— ¿Por qué? ¿En Virginia no hay nada? — pregunté un poco preocupada.

— Las cosas se van acabando. No somos los únicos sobrevivientes. — explicó Merle.

— Lo sé. Pero éso es arriesgado. — respondí intentando tomar mi anterior postura. — ¿Y si aparece más gente de ése tal Negan? — pregunté, mientras tomaba un trago de vino.

— ¿Quién mierda es Negan? — preguntó confundido Merle.

— La boca. — regañé.

— Estás en la mesa, ten respeto. Hay una niña.— regañó Daryl, mientras le golpeaba su codo y partía de su carne.

Merle siguió esperando una respuesta, mientras el silencio incómodo se apoderaba del ambiente.

Lo único que se oía, eran nuestros cubiertos golpear con los platos y alguno que otro balbuceo de Judith.

— Unos tipos nos acorralaron en la carretera, dijeron que eran Negan. Todos se llamaban así, pero... — dejó de hablar Daryl, para luego mirarme.

— ¿Luego qué? — preguntó impaciente su hermano.

— Moon los hizo volar por los aires con una bazooka. — terminó de contar y Merle sonrió.

— Eso. — festejó y levantó su mano abierta en mi dirección. Chocamos ambas manos.

— Eran varios. Me preocupa que sean más para un grupo tan pequeño. — hablé, mientras le daba un poco de agua a Judith con su vaso de plástico antiderrame.

— No te preocupes, nada nos pasará. — respondió Daryl para seguir comiendo.

Aquellas palabras se repetían en su mente.

No les pasaría nada. ¿Pero quién les aseguraba éso?

¿Quién demonios es Negan y por qué tiene tanto revuelo?