Estando en su último año de preparatoria, Kim Taehyung debería estar rodeado de cientos de amigos, yendo a fiestas y estudiando para su examen para ingresar a la universidad.
No quedarse solo, con un embarazo no planeado y un alfa rockstar del que n...
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— El enlazarte con tu cachorro, Koo — dijo el omega, ahora con sus ojos brillando puramente grises — Solo te romperá el corazón.
La estrella Taehyung que se convirtió en solar, gracias a su alfa mecánico, volvió a romperse, para volverse pequeña, y oscura.
Oh.
Pero no tanto como el alfa mecánico quien vino a iluminar a su estrella, terminó quedándose sin su propia luz. Quedándose sin eso que irradiaba desde adentro, por complacer con las cosas que él quería creer que eran correctas.
Que quería creer que eran las indicadas para él. Y para el omega.
Pero, sobre todo, para él.
— N-no... no creo que esto sea lo correcto, Jungkook — dijo el omega cuando sus ojos dejaron de brillar grises — N-no... no creo que sea correcto... enlazarnos con este cachorro.
— P-pero... pero es nuestro — dijo cuando sus ojos también dejaron de brillar.
Alzó la mirada y vio directamente al menor.
Taehyung intentó enderezarse por su cuenta, sosteniendo su peso con sus manos para poder quedarse sentado encima de la cama, pero la panza comenzaba a pesarle.
Jungkook tardó rápido su cara, y luego él se puso de pie para rodear con sus brazos la cintura del otro y hacer que se sentara en medio del nido y luego el alfa se sentó frente a él, con su cabeza gacha como si fuera un pequeño niño regañado.
Taehyung notó la decepción en sus ojos.
De todas las cosas por las que el alfa pudo haberle juzgado, de todo lo que pudo haberse decepcionado de él... lo único que ahora le rompía el corazón, parecía ser el pequeño bebé oso.
No haber vivido una vida sexual activa. No haber estado con distintas personas antes de él.
Ni siquiera haberse besado frente a su cara con su mejor amigo.
¿Por qué nada de eso podría ser peor que dar en adopción al cachorro?
— Koo — habló el omega en voz baja — Jungkookie.
Dijo en voz quejosa, antes de tomar al alfa por sus mejillas, apretándolas entre sus dedos, provocando que los labios del mayor se hicieran un puchero.
— Discúlpame, Jungkook — continuó el peli gris — No era mi intención romper tu corazón.