Estando en su último año de preparatoria, Kim Taehyung debería estar rodeado de cientos de amigos, yendo a fiestas y estudiando para su examen para ingresar a la universidad.
No quedarse solo, con un embarazo no planeado y un alfa rockstar del que n...
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— Estoy tan nervioso.
— Tranquilo, cariño. Estará todo bien.
— ¿Dónde está Jin? — chilló frustrado — Prometió que vendría.
— Pasaremos a la consulta en cinco minutos, hijo — dijo la omega mayor — Esperemos en ese tiempo.
Y como si fuera obra de magia divina, el mencionado apareció corriendo por los pasillos del hospital.
— ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! — gritó en voz alta, llevándose unas miradas recriminatorias de parte de los demás para que bajara la voz.
El ahora peli morado se acercó casi arrastrando los pies una vez terminó de correr y abrazó fuertemente a su amigo.
— ¡Felices cinco meses, mamá oso! — se separó de él y le dio un fuerte y baboso beso en la mejilla.
— Jin — se sintió asfixiado por un momento — Tu cabello, lo has pintado — dijo impresionado.
— El verano y las vacaciones comienzan, así que ya era hora de hacer un cambio.
— Te ves genial — le sonrió.
— Gracias — le devolvió la sonrisa — Señora Kim, que descortés soy, disculpe. Que gusto verla.
— Que gusto que acompañes a mi hijo en esto, Jinnie — la omega también lo abrazó.
— No es nada, no es nada — una vez separados, Jin observó a madre e hijo — ¿Entonces? ¿Ya es hora?
La omega justo miró la pantalla donde aparecen los nombres y el numero del consultorio, apareció el nombre de su hijo.
— Ya es hora — dijo la omega — Vamos, chicos.
La mujer se adelantó, ya que no se dio cuenta que Taehyung justo se había quedado parado sin moverse. En cambio, Seokjin se acercó a él y le tomó la mano con la suficiente firmeza y delicadeza.
— ¿Vamos? ¿Qué pasa?
— ¿Y si hay algo mal, Jinnie? — preguntó el menor.
— ¿Por qué habría algo mal, Tae?
— No sé, no sé — negó con la cabeza — E-estoy un poco asustado.
— No hay nada de que temer ahí dentro, solo el frio del gel que te colocan — acarició su hombro con su mano libre — Y si hubiera algo mal, justo por esa razón estamos aquí.
— Ay, no puedo evitarlo.
— Lo que tú has hecho hasta ahorita está todo bien, créeme — le aseguró — Todo tu largo camino te ha llevado hasta aquí.
