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Narrador omnisciente

- Marco ya no puedo hacerme de la vista gorda y permitir que dañes a nuestra hija, es más te doy un plazo de una semana para arreglar tú basura y dejar en paz! A mi hija- advirtió la Omega.

El sonido en la sala casi fue neutro a excepción de la risa seca del otro Alfa.

- Marco así permites que te trate tú Omega, demuéstrale quienes mandamos y estamos arriba de la pirámide- habló con orgullo el Alfa.

- Minatozaki, no te metas en mis asuntos si no competen con nuestro acuerdo- advirtió casi gruñendo.

El otro Alfa alzó las manos con gracia en son de Paz y con una sonrisa de burla.

Marco agarró a su Omega y la llevo a su despacho.

- Chitthip lo que hago es por el bien de nuestra familia, nuestro prestigio está en juego y la empresa, tú sabes que la empresa lo es todo para mí, es el legado que me dejó mi padre antes de morir- dijo intentando justificarse.

La Omega suspiró, apretando las manos de su Alfa alzó la mirada.

- y se cómo fue padre por ello te lo vuelvo a decir Marco, que es mejor la felicidad de tú hija o tú empresa- apretó más el agarre de sus manos.- pon eso en una balanza y si crees que pesa más tu empresa entonces espero que encuentres a alguien que quiera ese legado porque se que nuestra hija no aceptará tú dichosa empresa a cambio del amor de su vida.- concluyó quitando sus manos.

Su mirada se dirigió a su Alfa intentando hallar a su media mitad y de la persona que se enamoro en un inicio.

- Marco decide bien, porque no solo perderás a tu hija con esto- se levantó de su asiento y camino hacia la puerta.- espero que vuelva el Alfa del que me enamoré- abrió la puerta no sin antes dejar su anillo de boda en medio de la pequeña mesa del despacho.

- pero bueno que clase de Omega tienes es muy muy exagerada- dijo Minatozaki.

- NO ME JODAS MINATOZAKI!- gritó Marco alterado y botando todo a su alrededor en un ataque de rabia.

(....)

- Sana crees que esto ¿esté bien?- preguntó la Alfa.

La Omega suspiró y asintió.

- es lo último que tenemos, no creo que haciéndoles caso te dejen en paz y yo....nosotras tenemos que pensar en nuestro bebé- tocó su vientre.- no quiero que le pase nada y no quiero perderte.- aguanto las ganas de llorar.

La alfa la marcó con su olor.

- no te dejare Sana, ya has hecho mucho por mi, ahora me toca a mi protegert.... protegerlos a los dos.- sobó el vientre de su Omega.

Agarradas de las manos siguieron su camino hacia el único lugar en donde podrían refugiarse.

(...)

- Ella mamá y mami la están pasando mal por tu culpa debes ser más buena con mami Jen, ella no tiene la culpa de abandonarnos- intento explicar Lucas.

La pequeña no le prestó atención a las palabras de su hermano y siguió su mirada en la laptop, tal vez con eso de las redes sociales podría localizar a su mami Sana.

- deja me en paz Lucas!!- alzó la voz un tanto molesta por la interrupción de Lucas en su intento de búsqueda.

- pero te estoy hablando Ella y no le estás haciendo caso- bufó molesto.

- pues debes entender que no quiero hablar contigo TRAIDOR, no haces más que decir "mami Jennie esto y mami Jennie aquello"-imitó Ella.

- no soy un traidor, solo quiero la felicidad para nosotros, deberías ser más comprensible con mami, Ella.- se volteó para irse.

Ella bufó frustrada y cerró la puerta de su cuarto de golpe.

(...)

- ey cariño, no estés triste, Ella tarde o temprano te aceptará, tú eres un amor de persona y la Omega más linda que eh conocido es obvio que vas a encantar a tu hija, si es tu sangre, además ella es tan testaruda, cómo tú amor.- dijo Lisa, besando el pequeño puchero que hizo la Omega por lo último dicho.

- No soy testaruda, solo me gusta hacer lo que pienso- bufó dándole la espalda y seguir preparando el almuerzo.

- si mi amor, lo que tú digas- la rodeó con los brazos.

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Stanford- Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora