15. La primera vez siempre se teme

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(Narrador omnisciente)

La habilidosa pelinegra comenzó a besar y morder lentamente el cuello de la más joven, encendiendo todos los instintos de la menor.

Su mano fue bajando poco a poco, hasta su cadera, dando pequeñas caricias, haciendo que la morena se retuerca bajo el mandato de su mayor.

–Bec no te resistas, déjame hacerte ver lo que eres capaz de sentir– la voz de la mayor sonó cegada por la lujuria y la pasión.

Comenzó a besar pasionalmente los labios de la joven, iniciando una pelea entre sus carnosos labios.
La más joven, dio paso a la mayor, abriendo lentamente su boca, para dar cabida a su lengua, las cuales se unieron en una hermosa danza, ambas manterieron una lucha interna para no ser controladas por la otra.

La mano libre de la pelinegra se movió lentamente hasta la camisa anudada por los fastiosos botones, que incomodaban de gran manera a la mayor.
Subió su mano hasta el primer botón, desabotonándolo lentamente, mientras su boca devoraba salvajemente el cuello sensible de la morena.

Desabotonó los primeros 4 botones, a lo que su mano, gentilmente entró dentro de la camisa, acariciando lentamente su cuello, bajando hasta su cadera.
Terminando, desabrochó los botones restantes, dejando visible el sostén de la joven.

Levantó su mirada, observando cómo la morena mantenía sus ojos cerrados con fuerza.

–Bec... abre los ojos– demandó la azabache.

Sus ojos se mantenieron cerrados, tragando saliva de forma nerviosa en el momento.

La azabache sonrió de forma juguetona, llevando su boca hasta la clavícula, mordiendola con avaricia, logrando sacar un respingo en la más joven.

–¡Freen!– vociferó de forma nerviosa, logrando el objetivo de la pelinegra, abriendo sus ojos en el acto.

Una sonrisa malvada llena de avaricia salió de su rostro, mostrando su supremacía ante ella, logrando activar miles de electrocitos en su interior más profundo.

Su mano fue directamente a uno de sus pechos, acariciándolo lentamente sobre la tela que lo tapaba, logrando sacar tímidos suspiros de la infante.
Mientras que su boca se acercó peligrosamente a su otro pecho libre, que estimuló mediante su boca por encima del tejido.

–Bec, no te reprimas– se separó lentamente del pezón cubierto.– Déjate llevar, me lo agradecerás después–

Becky tal y cómo pidió Freen, hizo caso a su propuesta, comenzó a soltarse, logrando calmarse, su cuerpo dejó de tensarse, por lo que pudo relajarse sobre la cama en la que estaba postrada.

La pelinegra sonrió victoriosa, a modo de recompensa, soltó aquel molestoso sostén lanzándolo a algún lugar aleatorio de la habitación.

Mordió su labio con ansia, quería degustar todo su cuerpo, pero comenzaría por sus apetitosos pechos.
Con su mano restante, estimuló su pezón sobrante, mientras que con su boca mordió y marcó toda parte cerca de su torso.

Los suspiros inaudibles comenzaron a tornarse en sonoros quejidos provenientes de la más joven.

Fue más que suficiente para encender a la pelinegra, cómo si fuera música para sus oídos, comenzó a lamer con más rapidez y fuerza, mientras su mano poco a poco, fue bajando hasta su ajustado pantalón.

Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora