36. Aparente tranquilidad

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Tendí el cuerpo herido de Freen sobre la cómoda y acolchada cama, observando cuál era su estado físico.
Tenía heridas leves por todos los brazos, sus puños al igual estaban heridos por la parte de sus nudillos, los cuales tenía sangre seca sobre ellos.

Había sido revisada nada más llegamos por el doctor que siempre estaba junto a Freen.
A parte de tener algunas heridas a causa de la pelea, su estómago había sido dañado y apuñalado por una pequeña navaja.

Acaricié con lentitud su hermoso rostro dormido, suspirando con pesadez, recordando todo lo que había ocurrido en aquella fiesta.

La piel comenzó a erizarse, sintiendo cómo mi cuerpo comenzaba a respirar de forma inconsistente.
Si Freen no hubiera luchado, quitándose a aquellos hombres de encima, Non hubiera apretado el gatillo, acabando con mi corta pero fugaz vida.

Odiaba tener ese sentimiento, odiaba sentirme inútil, sin opinión propia, sin poder defenderme.
Únicamente contaba con mi palabra, que podría ser mucho más hiriente que mi propia fuerza física, la cual prácticamente era nula.

Siempre dependía de otras personas para mantener mi estabilidad física. Era débil, soy fuerza alguna para defenderme, siempre tenía que ser ayudada porque no podía valerme por mí misma.

Estaba segura, quería tomar clases de defensa personal. Sé que tenía a Freen a mí lado, pero esto no aseguraba que siempre sería protegida por ella.
En este caso había sido diferente, me había salvado con tal sólo unos segundos de diferencia. Tentando la vida y a la muerte en ese periodo corto de tiempo. No quería seguir viviendo así, debía tomar clases, no sólo por mi bienestar físico, si no por mi salud mental.

El cuerpo de Non sin vida comenzó a atormentar mi mente. Debía sentirme complacida, había vengado mi rabia más interna contra el principal causante de todo mi dolor, pero más lejos de aquello, sentía una presión muy fuerte en el pecho.
Ver a Freen asesinar a sangre fría frente a mis ojos, fue un gran impacto para mí mente, recordando de quién se trataba mi amada novia.

No quería recordarlo constantemente, ya que por mi propia salud mental, decidí amar a Freen sin tapujos ni contradicciones que me causarán rechazo frente a ella.
Pero no debía olvidar que ella me secuestró, por un motivo u otro, ella tentó mi libertad, privandome de ella durante largos meses.

No estaba ni mucho menos enojada con ella, jamás podría estarlo, ese estado mental en el que únicamente la odiaba por cómo era había desaparecido, sólo quedó mi gran amor y admiración en todo su ser.

No quise complicar mi pensamiento, estábamos cada vez más cerca de mí padre, habiendo derrumbado a uno de los pilares que suponía estragos en mí vida, su llegada era cada vez más cerca e inminente.

Suspiré agotada, todos estos pensamientos me hacían pensar de más, cuando realmente debía estar feliz por estar viva.

Un pequeño gruñido doloroso me sacó de mis pensamientos, prestando toda mi atención a mi querida pareja, subiendo lentamente mi mirada, apoyando con lentitud mi mano sobre su muslo.

Su respiración iba aumentando cada vez más, comenzando a sudar de manera casi instantánea, su ritmo cardíaco comenzó a subir sin previo aviso. Lágrimas cálidas y a su vez ávidas, no dejaban de salir de su hermoso rostro.
Tomé con fuerza su mano, aún sin entender la situación, me preocupé en gran medida.

Su respiración era demasiado rápida y fogosa, a tal punto de no poder respirar con tranquilidad, su cuerpo comenzó a temblar
De un impulso, tomé su rostro, asustada por su repentina acción.

Balbuceaba algunas palabras sin sentido, hasta que su voz lentamente se volvía más audible.

—No... ¡No! Déjala en paz... No... ¡NO LA TOQUES! BECKY, ¡BECKY!— salió de ella un grito desgarrador.

Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora