12. La mejor amiga de Freen

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Una navaja se acercó a la largura de mi cuello, haciendo poca presión, pero amenazando con la misma.

Giré mi rostro asustada. Su sonrisa cínica se hizo presente en su rostro. Era aquel hombre quién me había seguido todo el camino hasta el callejón.

Su aspecto se veía deplorable, poco presentable incluso desaliñado.
Su mano agarraba con firmeza la navaja, que tenía presionada en mi cuello.

Se acercó al oído comenzando a susurrarme cosas obscenas en su idioma natal, no pregunten cómo lo sabía, pero sentía sus intenciones, y se podía intuir.
Su cuerpo se juntó al mío intentando sobrepasarse, cerré los ojos con fuerza aguantando mis lágrimas.

Sentí mi mundo perderse, dejando caer las bolsas que sostenía en mis manos con fuerza, logrando distraer a aquel hombre unos segundos.

Tales fueron esos segundos, que la vi parada frente a mí, un suspiro llenó mi corazón agitado de temor.
Había venido, sabía que ella lo haría.

-Suéltala si no quieres un disparo en tú puta cabeza- habló en un inglés perfecto.

Acercó con más fuerza la navaja, notando como su filo, iba acercándose peligrosamente.

-Suelta la pistola, dejándola en el suelo lejos de tí. Esta vez no volveré a caer Sarocha. Como si tengo que matar a tú putita- expulsó suciamente aquel hombre.

-Retira eso hijo de puta. No sabes con quién te estás metiendo, y a quién tienes en tus manos- soltó con rabia. Jamás la había visto de esa manera.

-No quiero tener que repetirlo. Suelta el arma, o la mato- su navaja aprieta con más fuerza, dejándome sin aire.

Noté su preocupación interna al verme en esa situación. Quería poder abrazarla, decirle que estaba bien, que no se preocupase por mí.

Rápidamente, soltó el arma en el suelo, mostrando sus brazos en alto.

-Ahora, ponte esto en las manos- soltó unas esposas frente a ella.

Sin rechistar, las recogió con cuidado, poniendoselas al instante.

Mierda, esto se estaba poniendo muy feo, tanto que peligraba tanto mi vida como la suya.
¿Esto sería parte del plan de mi padre?

De un movimiento rápido, Freen logró golpear con su pierna, a aquel hombre que despistado durante un momento, fue golpeado y tirado al suelo.

Pude huir de sus brazos mientras otros brazos me esperaban para intentar calmarme. Pero no era ella, ella estaba peleando contra el hombre quién me retuvo hace segundos.

Me giré, y la observé, su cara me resultaba demasiado familiar, pero no podía recordar de dónde había gusto ese rostro.

Su estatura era media tirando a alta, su cabello estaba cortado en un estilo tomboy, tal y cómo era su ropa.
Mientras me miraba con sus oscuros ojos marrones.

Suspirando, me preguntó.- ¿No te hizo daño, ni te golpeó, verdad?- su rostro mostraba preocupación.

Negué.- No, tranquila, estoy bien, gracias...- se alejó un poco de mí, llegando a dónde estaba Freen, quién, había derrotado con facilidad.
Aún estando atada con las esposas, pudo hacerlo, cosa que me causaba una gran impresión.

Buscaron en los bolsillos de aquel hombre, la llave de las esposas, pudiéndose deshacer de ellas finalmente.

Con rapidez, Freen corrió hacia mí directa a abrazarme con gran fuerza.
Su voz quebró, mientras su respiración era agitada.

-Bec, ¿estás bien?, ¿no te hizo nada?, ¿te hizo daño?, ¿te duele algo?- preguntó en un sólo hilo de voz.

-Tranquila Freen, estoy bien, por suerte, llegasteis a tiempo- sonreí algo nerviosa a ambas.

Mi oscuridad favorita | FreenBecky (+18) || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora